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Crece ayuda desde el Estado para poder conseguir empleo

Entre marzo y junio de este año, 581 personas que se anotaron en los programas de capacitación obtuvieron trabajo.


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Entre marzo y junio de este año 581 personas consiguieron trabajo gracias a los programas de capacitación y orientación laboral que lleva adelante el municipio. Según indicaron desde la Dirección General de Empleo (DGE), se realizaron previamente unas 1.700 entrevistas con el fin de optimizar los perfiles de los aspirantes en función de los requisitos de las empresas. De mantenerse la efectividad, en lo que resta de 2013 el número de hombres y mujeres ocupados a través de estas capacitaciones duplicará en diciembre próximo al total del año anterior.

Los programas son el resultado de la planificación y gestión conjunta de los ministerios de Trabajo, Empleo y Seguridad Social nacional y provincial, pero llegan a la ciudadanía a través de las respectivas intendencias y comunas. Desde enero de este año, con el fin de estar más cerca de las posibles firmas contratistas, las políticas públicas de inserción laboral del municipio se unificaron y pasaron de estar bajo la órbita de la Secretaría de Promoción Social, a la de Producción y Desarrollo Local. Las capacitaciones y cursos son coordinadas por la Dirección General de Empleo (DGE), a cargo de Gabriela Estrella.

Actualmente los talleres están pensados en función de las demandas de personal de las empresas. “Se busca un direccionamiento directo con el ámbito productivo. Ahora estamos organizando una capacitación específica para técnicos de la industria del frío ya que una fabrica de heladeras nos pidió 50 trabajadores”, dijo Estrella.

Según contó, tampoco hay capacitación gratuita para el área náutica y por eso están próximos a lanzar un curso de mantenimiento de embarcaciones, pero en contacto permanente con la cámara que nuclea al sector. Por su parte, el subsecretario de Producción y Desarrollo Local, Martín Rosúa, indicó que justamente uno de los motivos del traspaso de los planes a la Secretaría que integra fue por la relación directa con los posibles empleadores.

Después de la crisis de 2001

Los programas de inserción laboral sufrieron varias modificaciones a lo largo de los años que estuvieron vinculadas de manera directa con los cambios estructurales en la economía. “A partir de la crisis de 2001 los planes de trabajo eran más asistencialistas, pero con el tiempo el Estado pasó a subsidiar el entrenamiento de los desempleados y una vez que son contratados las empresas reciben un canon con el que solventan los gastos de obra social y aportes previsionales durante seis meses”, explicó Rosúa.

“Para quienes no quieren o no pueden insertarse en el sector formal funciona el programa de empleo independiente que entrega 15 mil pesos a cada persona para encarar su propio proyecto”, dijo.

Otra de las opciones que ofrece la DGE es el plan para jóvenes de 18 a 24 años que no terminaron el secundario, y que los incentiva a que lo hagan con becas que provienen del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación. También hay programas dirigidos a población en riesgo, uno de ellos es la orientación especial para mujeres que trabajaron como alternadoras y que desean encontrar nuevas salidas.

En tanto, otra de las aristas del plan contempla a adolescentes que ya han sido abordados con alguna política pública y que manifiestan la voluntad de conseguir un empleo. De este modo, desde la DGE los acompañan y también los equipos de Promoción Social que trabajan en barrios, que funcionan de nexo entre ellos y el Estado municipal.

Consultora pública y gratuita

La DGE funciona como una consultora de empleo, pero la gran diferencia es que sus servicios para empresas y desempleados son totalmente gratuitos.

Desde junio de este año quienes dejan su Currículum Vitae (CV) son derivados a un taller de orientación laboral, que se dicta los martes y jueves de 9 a 13 en Buenos Aires 846, piso 4º. “Es un único encuentro, como si fuera una entrevista grupal, que nos permite detectar el perfil ocupacional de cada persona”, explicó Estrella, y contó que “mucha gente plantea que quiere trabajar de cualquier cosa, cuando en realidad todos tenemos competencia para una u otra actividad”.

Desde el área a cargo de Estrella llevan un registro de demanda laboral que confeccionan con las publicaciones de los avisos clasificados de los diarios y, de este modo, tienen un indicador de lo que pide el mercado. Además, en los primeros meses de este año realizaron una encuesta telefónica a unas 900 empresas. “Preguntamos qué tipo de empleados necesitaban, si requerían o no capacitaciones, si conocían nuestros servicios de consultora pública y gratuita, y más de un 80 por ciento contestó que no”, admitió.

Actualmente cuenta con unos 20 mil CV en su base datos; entre los servicios que ofrecen están las jornadas de orientación laboral, los cursos de capacitación en oficios, seguimiento de trabajo de las personas empleadas y diversos programas inclusivos y específicos. “El análisis nos permite posicionarnos de otra manera frente a las estrategias de obtención de puestos de trabajo y en función de eso modificamos o engrosamos los contenidos de los cursos y tratamos de mantener una articulación constante con los Ministerios de Trabajo nacional y provincial porque queremos que cada puesto que logramos ofrecer esté regulado por el respectivo convenio colectivo de trabajo”, finalizó.

Del diario bajo el brazo a la actividad

Juan José Ponce es papá de una nena de 10 y un varón de 3 años. Hace tres meses consiguió trabajo en una empresa de alimentos congelados a través de las gestiones de la Dirección General de Empleo municipal (DGE). Pero su historia personal excede al de un desocupado a quien sólo le urge insertarse en el mercado laboral porque es hijo de Mercedes Delgado, la mujer que murió en enero de este año durante un enfrentamiento armado entre narcos mientras realizaba tareas sociales en barrio Ludueña. “Por la pérdida de mi madre quedamos todos devastados, ella lo era todo, por esa situación perdí mi trabajo y agradezco a todos por cómo se movieron y me ayudaron a conseguir un nuevo trabajo”, dijo.

Por su parte, Lucas Rojas tiene 21 años y actualmente se desempeña como repositor en un supermercado. Según contó el joven a El Ciudadano, ya está en blanco y goza de todos los beneficios sociales. Sobre su experiencia contó: “Después de participar del programa de entrenamiento laboral, un día me llamaron para una entrevista en la Municipalidad y a la semana tuve una nueva entrevista en la empresa y me tomaron”.

El caso de Walter Arjona, de 22, también muestra los beneficios de participar de los nuevos talleres de formación y entrenamiento laboral que se ofrecen desde la DGE. En 2012 hizo un curso de capacitación en administración y trabajó durante seis meses en un call center. Desde abril de este año hace tareas de agente de Bolsa y corredor de granos. “El ambiente de trabajo es inmejorable, me cambió la vida”, aseguró.

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