Otra persona reconoció haber visto a Santiago Laguía el pasado viernes en la zona de avenida Pellegrini y Suipacha, alrededor de las 19. El joven de 26 años reveló que el muchacho se le acercó mientras estaba sacando unas fotos a su vehículo particular cuando “se acercó un pibe de unos 35 años y me dijo que le habían robado una moto”.
En diálogo con El Ciudadano, Lisandro, de 26, expresó que el joven estaba agitado e insultaba por el robo sufrido y le pidió si le prestaba su teléfono. “Le marqué el número que me dijo y como no le contestaron dejó un mensaje: ‘Carolina, soy yo, me robaron todo, pero estoy bien’. Llamalo a este pibe a este teléfono que después yo me comunico con él”, expresó.
En tanto, reveló que el sujeto que se extravió en el momento de la explosión en el edificio de Salta 2141 tenía una barba “de unos días”, una campera, jeans y zapatillas, además de un golpe en la frente y otro en el tobillo que el mismo sujeto mostró, al tiempo que colgaba de su cuello una cadenita que Lisandro reconoció en algunas imágenes.
Lisandro pensó que la agitación del muchacho se debía a la agitación por haber sufrido un robo y luego de que le preguntara dónde quedaba la seccional más cercana para hacer la denuncia, y le pidiera “unos pesos para poder tomarse un remis”, se dirigió en sentido de la comisaría, acompañado por Lisandro, quien iba para el mismo lado. Pero cuando llegaron a la esquina de Pellegrini y Suipacha, el joven le dijo: “Yo doblo acá, me voy a ir hasta la casa de un tío”.
Al día siguiente, cuando Lisandro retornó a su vivienda observó fotos de Laguía en Facebook y vio una imagen en particular que le llamó la atención. Volvió a llamar al supuesto número de Carolina (marcado por el propio muchacho la noche anterior) pero no obtuvo respuestas.
Luego le comentó la historia a una prima de Santiago e indicó que le “llamó la atención que cuando nombré que había llamado a una tal Carolina se hizo un silencio, pero no me dijo nada ni tampoco me llamaron después para preguntarme nada”, sostuvo.
Por último, además de pedirle dinero para el remis, y el nombre a Lisandro y anotar la dirección donde vivía, le dijo: “Quedate tranquilo que te voy a devolver esto y mucho más”.
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