Los ecologistas argentinos Camila Speziale y Hernán Pérez Orsi, detenidos el jueves último junto a otros 28 miembros de Greenpeace que protestaban contra la exploración petrolera en el Ártico, fueron acusados de “piratería” por las autoridades de Rusia apenas arribaron detenidos ayer al puerto septentrional de Murmansk.
Según la fiscalía en Moscú, “los activistas violaron la soberanía rusa y pusieron en peligro la seguridad medioambiental en la región”.
La ley rusa prevé hasta quince años de cárcel por piratería.
La ONG y la embajada argentina en Moscú informaron que los activistas permanecían a bordo del rompehielos Arctic Sunrise, que fue remolcado desde el Mar de Pechora, donde quisieron escalar la plataforma petrolera Gazprom.
“De la detención de Speziale y Pérez Orsi se está ocupando personalmente en Murmansk el jefe de la Sección Consular de la embajada, Jorge Nicolás Zobénica, quien por estas horas debe tomar contacto con los ecologistas”, dijo a la agencia Télam una fuente de la sede diplomática.
“También está tratando la situación de los argentinos, acá en la capital rusa, el embajador Juan Carlos Kreckler”, agregó.
Gustavo Stancanelli, jefe de prensa de Greenpeace, dijo por su parte que “los argentinos quedaron en calidad de detenidos al llegar a puerto y podrían permanecer así hasta quince días, de acuerdo con las leyes rusas vigentes y hasta que se conozcan los cargos”.
Camila Speziale, de 21 años, que vive en el barrio porteño de Caballito, es voluntaria de la organización en la Argentina desde hace cuatro años y cumplía su primera misión en el exterior.
Hernán Pérez Orsi, en tanto, es miembro pleno de Greenpeace internacional.
La organización advirtió ayer que “cualquier acusación de piratería contra activistas pacíficos” carecerá de valor en el marco del derecho internacional, al pronunciarse sobre la decisión de Rusia de imputarles ese delito.