La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, denunció ayer el espionaje diplomático y económico en su país por parte de Estados Unidos, al abrir la 68ª Asamblea General de Naciones Unidas, donde advirtió a la comunidad internacional que “llegó el momento de impedir que el ciberespacio sea usado como un arma de guerra”.
Rousseff, quien abordó el tema del espionaje ocurrido en su país desde el comienzo de su intervención, denunció que el hecho que afectó a las comunicaciones de su gobierno y de empresas importantes en la economía de su país fue una “grave violación de los derechos humanos y civiles, y una falta de respeto por la soberanía nacional” de Brasil.
“La soberanía de un país nunca puede garantizarse mediante la violación de los derechos humanos, civiles y fundamentales” de los ciudadanos de otros países, destacó.
Tras considerar que el espionaje en su país fue un “quebrantamiento al derecho internacional y una afrenta”, sentenció que lo ocurrido no puede justificarse en la lucha contra el terrorismo y aseveró que Brasil “sabe como protegerse, lucha contra los grupos terroristas y vive en paz” con sus países vecinos “hace más de 140 años”.
Si bien apuntó directamente a Estados Unidos, aunque sin nombrarlo, no tardó en agregar que “el problema va más allá de una relación bilateral dado que afecta a la comunidad internacional y requiere de una respuesta” global.
En ese contexto, advirtió que “llegó el momento para impedir que el ciberespacio sea usado como un arma de guerra” y convocó a las Naciones Unidas a asumir un “papel de vanguardia” en cuanto al control de las conductas de los países en estas áreas.
Rousseff anunció la presentación de una batería de propuestas para establecer mecanismos dentro del marco civil multilateral “para la gobernanza del espacio de internet y la protección de datos que viajan” por esa vía de modo que sea garantizado el mantenimiento “de la libertad de expresión”.
Rousseff suspendió visita de Estado a Washington prevista para el 23 de octubre por este hecho.
Obama: es “insulto a la razón” pensar que Assad no usó gas
El presidente estadounidense Barack Hussein Obama dijo ayer ante la Asamblea General de la ONU que prioriza la opción diplomática para el litigio nuclear con Irán y la prolongada guerra en Siria, aunque pidió una “firme” respuesta al uso de armas químicas en Damasco e insistió en que su país considera “probado” que el gobierno sirio usó armas químicas contra civiles en el ataque del 21 de agosto pasado. Agregó que sería “un insulto a la razón humana” pensar lo contrario.
Frente al pleno de la Asamblea, y en un mensaje que tuvo como eje Siria, Irán y el conflicto israelí-palestino, el mandatario pidió “una fuerte resolución” del Consejo de Seguridad“asegure” que las armas químicas no serán usadas en Siria ni en ningún otro país.
Ban: no den más armas a Siria
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, urgió a los líderes mundiales a dejar de alimentar con armas la guerra en Siria –a uno como otro bando en pugna– y a promover negociaciones entre las partes, en el mensaje inaugural de una Asamblea General de Naciones Unidas marcada por la crisis en el país árabe.
El sangriento conflicto sirio, que lleva más de dos años y que causó la muerte de decenas de miles personas y cientos de desplazados, estuvo presente en casi todas las intervenciones que ayer realizaron varios líderes del mundo durante la inauguración del 68° período de sesiones de la Asamblea General en Nueva York.
Ban no nombró a los países que aportan armas pero destacó en su discurso que “existe una guerra más amplia y la gran mayoría de los muertos y las atrocidades son hechas con armas convencionales”.