Sin ser Aragorn, Andrés Sutkowski pone en condiciones a la Llama del Oeste para el fin de semana. La replica de la espada restaurada con la que Isildur logró detener a Sauron en “El Señor de los Anillos” volverá a la acción una vez más. Pero esta vez no en Mordor o algún otro escenario del imaginario de J. R. R Tolkien sino en Villa Hortensia, en el norte de Rosario. Durante dos días, la tradicional casa de la familia Rouillón pasará a ser La Comarca, el espacio donde ocurrirá la primera Convención Nacional de Arte Medieval. Desde distintos puntos del país llegarán para la cita unos 100 artesanos, recreacionistas medievales y dibujantes afines. Habrá bandas en vivo –de música escocesa, celta y medieval–, charlas, proyección de películas, talleres de dibujo, todo de forma libre y gratuita ya que la organización corre por cuenta del área de cultura de Centro de Distrito Municipal Norte “Villa Hortensia”. El joven y su espada llegarán este sábado por la tarde –las actividades se desarrollarán entre las 14 y 20– a La Comarca representando a la hermandad de los Caballeros Errantes, reconocibles por su vestimenta: un tabardo negro con una cruz blanca en el pecho. De seguro tendrán algún papel en la obra de teatro que se moverá por los distintos espacios de la ex quinta residencial aristócrática. “Creamos una ficción sobre los supuestos antecesores que habitaron Villa Hortensia siglos atrás. La arquitectura y estética nos remitía a un tiempo muy lejano y pensamos una historia en la que participen Francisco Rouillón, la Dama del Río, un mago y hasta un dragón”, cuenta Fernando Kiro, uno de los organizadores de la convención.
Las ferias medievales no son un fenómeno nuevo en el país. Muchas han sido organizadas por la asociación Tolkien Argentina. Lo novedoso es la inclusión de los historietistas e ilustradores del género que participarán de las jornadas. Entre los más destacados en La Comarca están Horacio Lalia –quien ilustró el guión de Héctor Germán Oesterheld “Nekrodamus”– y el rosarino Marcelo Frusín, dibujante contratado por las principales editoriales norteamericanas y europeas.
Los encuentros reúnen a una disciplina muy particular dentro de las artesanías. Lejos de los delfines que cambian del color según el clima, la destreza está en darle vida a cascos, espadas, candelabros y objetos más extraños como algún grimorio, libro de conocimiento mágico. Junto a sus padres Vicente y Gladis, también recreacionistas, Andrés tiene una pyme llamada “Espadas Medias”, cuyo pequeño taller genera desde hace 10 años objetos que giraron por distintas ferias de arte medieval del país. Al espacio de producción, que no cuenta con horno de fundición, llegan pedidos de todo tipo. El que más sorprendió a los Sutkowski fue la confección de un regalo: una espada hindú llamada talwar para una embajada. Incluso les habían pedido que le bañaran el mango en oro. “Más tarde nos enteramos que esa espada se regala a personas como un símbolo de lealtad. Es una espada ligada a la aristocracia hindú”, comenta Andrés.
Más allá de Tolkien
La llegada de un hobbit llamado Bilbo Bolsón a Hollywood a principio de la década pasada y la actual popularidad de la serie televisiva “El juego de los tronos” explica en parte el por qué de la convención en Rosario. “Que un grupo de personas recreen una época significa que los valores representados por aquellos caballeros y guerreros no están presentes en la sociedad actual. Entonces, se los busca en la historia”, agrega Andrés, que también toca en la banda de música medieval Clanavis, una de las cinco formaciones de ese estilo en la ciudad. Lo que atrae, insiste el joven, es el relato épico y fantástico que no es patrimonio exclusivo de la factoría europea: Al mismo tiempo que a las superproducciones cinematográficas, una escritora argentina, Liliana Bodoc, publicó “La saga de los confines”, una serie de libros que narra el encuentro entre dos civilizaciones en un mundo mágico. “Una mitología de lo que fue el descubrimiento de América”, califica Andrés.
