Hermes Binner habló ayer sobre la migración de argentinos y extranjeros hacia Rosario, por mejores condiciones laborales, y enseguida se disparó una polémica con legisladores kirchneristas.
Todo comenzó ayer temprano cuando el ex gobernador y candidato a diputado nacional por el Frente Progresista declaró, en diálogo con una FM porteña, que las villas de Rosario “se han armado con gente que ha migrado” en busca de alguna oportunidad para poder “comer todos los días”.
Consultado sobre cómo explica la existencia de altos índices de pobreza en el marco de un gobierno (provincial) que se define como progresista, el ex intendente y ex gobernador dijo: “Hay que enmarcarlo dentro de un país, de una sociedad, no de una sola ciudad. Todos los barrios que se han armado en Rosario es gente que ha migrado, son argentinos que vienen corridos por la necesidad de comer todos los días. No es poco”. Agregó: “Creo que estamos ante una situación que hay que abordar desde la Nación, que es la que maneja la política económica del país. Mientras nosotros dilapidamos los ingresos de la soja en resolver la pérdida energética que tiene el país, el mundo sigue andando pero Argentina sigue retrasando. Nosotros somos optimistas si hay un cambio, pero si seguimos haciendo lo mismo con seguridad que no vamos a encontrar resultados positivos”.
El ex gobernador santafesino explicó que muchos habitantes de las villas rosarinas “vienen de otras provincias, vienen aquí permanentemente. Bueno, vienen paraguayos y bolivianos ¿no? Pero básicamente son de las provincias argentinas. Acá tenemos barrios enteros de chaqueños. Tenemos cuatro barrios extraordinariamente grandes de tobas, que vienen corridos porque la soja los desplazó de su terreno y eso no es una política que se pueda solucionar desde Rosario, hay que solucionarla desde Buenos Aires”.
El líder socialista aclaró que “vienen (a Rosario) porque tienen trabajo. Los paraguayos trabajan en la construcción, los bolivianos en las quintas. Son muy trabajadores”. Y dijo también que “el plan económico del gobierno no es para la Argentina. Nosotros necesitamos otro plan, pero para eso hay que preparar equipos de trabajo. Estamos frente a una Argentina que ha cambiado y necesitamos políticas nuevas”.
El kirchnerismo salió al cruce
En el kirchnerismo hicieron fila para pegarle al socialista. Primero fue la diputada Claudia Giaccone (FpV), quien opinó: “Muchas veces para saber el perfil sobre el pensamiento de alguna persona no es necesario saber todo su legajo sino que, en ocasiones muy particulares, para muestra sobra un botón”.
La legisladora dijo que el ex gobernador habla “con ánimos de excusar y deslindar responsabilidades sobre la pobreza en Rosario al partido que él mismo lidera y que son oficialistas en la ciudad desde hace 18 años. Las declaraciones de Binner son de una gravedad institucional y política insoslayables”.
Luego, los diputados nacionales del FpV en conjunto –Giaccone, Marcos Cleri, Omar Perotti, Silvia Simoncini, Celia Arena, Juan Carlos Forconi y Carlos Bettanin– expresaron su “solidaridad con los habitantes de los barrios más humildes de Rosario ante las declaraciones de Binner echándoles la culpa de pobreza que hay en la ciudad”. En un comunicado difundido ayer, los legisladores dijeron también que “una vez más Binner busca afuera lo que debería encontrar adentro, esta vez ya no pretendiendo descargar su responsabilidad sólo al gobierno nacional sino también a los vecinos de barrios rosarinos con precariedades y necesidades insatisfechas que él no atendió ni cuando fue intendente ni cuando fue gobernador”.
“Con sus declaraciones, Binner reinstala un discurso de tinte xenofóbo al que ya apeló en otras ocasiones, olvidando que buena parte del desarrollo de la ciudad que le tocó gobernar varios años fue posible en gran medida por el enorme esfuerzo laboral de esos a los que ahora señala y estigmatiza”, dijeron los diputados nacionales kirchneristas santafesinos.
Por su parte, el diputado provincial Eduardo Toniolli opinó que “Binner siempre puede caer un poco más bajo para justificarse”. Y lo acusó de ser “cómplice de las maniobras de las patronales agropecuarias que culminan en desalojos de campesinos pobres en el norte de Santa Fe”.