En respuesta al reclamo del Grupo Amigos de Arroyito, quienes plantearon en este diario que se incrementaron en el último tiempo en la zona las obras de construcción que no respetan las reglas establecidas por el nuevo Código Urbano, principalmente en la cuestión de la altura de los edificios, el secretario de Planeamiento, Pablo Barese, recordó que la actual normativa entró en vigencia “hace poco menos de un mes” y que los cambios van a llevar “un período de adaptación” entre lo anterior y lo de ahora. Destacó que pueden registrarse “algunas superposiciones más” porque se está en un punto de transición. “Fue justamente el Ejecutivo el que ha enviado al Concejo Municipal las modificaciones, por lo que queda en claro que es una preocupación que tenemos en cuanto a los cambios en la fisonomía de los barrios”, remarcó. Desde la oposición habían criticado los permisos otorgados cuando se estaba ante un inminente cambio de escenario legal.
“El nuevo Código ha entrado en vigencia progresivamente. Una primera etapa del segundo anillo perimetral entró en vigencia en noviembre del año pasado y la etapa complementaria, que nosotros enviamos el año pasado, en septiembre de 2012, el Concejo la aprobó recién en junio de 2013 y entró en vigencia el 26 de agosto pasado, o sea hace prácticamente un mes. Así que en distintos lugares de la ciudad esto tiene una puesta en vigencia diferente”, argumentó el funcionario
“Justamente los cambios que propusimos son para poner un freno a la transformación que estaban sufriendo algunos barrios de la ciudad. Va a llevar un período de adaptación o de adecuación entre una norma y otra y es lo que estamos viviendo en este momento”, añadió.
Cabe recordar que los vecinos denuncian que las calificaciones en altura están cambiando la morfología del barrio convirtiéndola en “totalmente irregular”. Además, dicen que se están desarticulando las manzanas de una zona cuya principal característica está dada por construcciones bajas. Otro de los puntos es la “invasión” a su privacidad, ya que al construir en altura se produce un impacto negativo en el medio ambiente.
Sobre esto, Barese afirmó que “está entre las posibilidades que alguien genere una obra con un permiso de edificación emitido bajo el Código anterior en vigencia, tiene un plazo para concretarlo y en ese período se llevan adelante los proyectos”. “Esto obviamente será subsanado en el transcurso del tiempo cuando se extingan esos permisos dados con el Código anterior. Además se irá «limpiando» esta superposición que existe temporariamente entre las dos normas. Insisto, el nuevo Código entró en vigencia hace menos de un mes por lo cual vamos a tener algunas superposiciones más”, siguió.
“Estas normativas cuando son nuevas recién empiezan a ser notorias en el tiempo. Estamos ante fenómenos que en algunos casos pueden ser corregidos. Nosotros no tenemos inconvenientes en tener reuniones para aclararles a los vecinos la vigencia de estos tiempos. Estamos en un punto de transición donde muchas de estas cosas se pueden presentar y seguramente el paso del tiempo hará que esto se solucione”, sostuvo.
Empero, la concejala opositora María Fernanda Gigliani destacó: “Nosotros hemos corroborado esto que están diciendo los vecinos de Arroyito. Muchas constructoras, sabiendo que se venían cambios, han solicitado los permisos de construcción amparándose en un decreto firmado por (Miguel) Lifschitz quien les otorga 180 días de validez aún si hubiera un cambio en las normativas ¿Esto es ilegal? No, pero tampoco tiene mucha cercanía con la ética. Es más, le hemos pedido información en su momento al propio Barese sobre cuántas obras se habían iniciado en el último tiempo y nunca nos fue dada”.
El concejal Diego Giuliano señaló que “el problema del nuevo Código Urbano es que se hizo a lo largo de cinco años”. “Se fue enviando fragmentado, por anillos, por sectores de la ciudad y eso sin dudas fue alentando la especulación. No es lo mismo regular la ciudad integralmente con todas sus alturas, sus corredores, sus anillos, que hacerlo de esta manera”, analizó.
Hasta aquí llegamos
Los desarrolladores del edificio de Rondeau y Juan B. Justo, Torre Shopping Condo Hotel, parecen haber acusado recibo de las polémicas que se abrieron a partir de los cuestionamientos que hicieron concejales de la oposición y los controles y ajustes por parte del municipio. Quizás por eso, en los últimos días anunciaron, como se ve en la foto, que el 18 es el último piso, cuando el permiso de edificación era para 20. ¿Una forma de compensar metros demás?