Por Patricia Dibert
Artista consagrada desde hace treinta años en la escena de experimentación plástica del país. Mireya Baglietto abre un espacio en Rosario con una obra de arte participativa que a través de un espejo, amplia la percepción de las personas que lo transitan.
“Miradas núbicas” se puede descubrir en Salta 3519, hasta el viernes 25 de octubre, de lunes a viernes de 14 a 20.
Mireya –que es ceramista, pintora, dibujante y escultora-, viene experimentando el arte núbico desde los ochenta. Es una obra de arte participativo de alto contenido social que apunta a ampliar la percepción del participante para habilitar nuevos modos de ver, sentir y pensar el mundo.
El Ciudadano dialogó con Mireya sobre las Miradas Núbica, a lo que la artista argumenta que “cuando uno habilita aspectos de la sensibilidad puede comprender otras cosas que desde la racionalidad pura no se comprende”.
— Y usted le pone el cuerpo literalmente a sus obras, ¿sigue pintando en cuclillas?
—Bueno, mis rodillas ya no me dejan, pero siempre trato de hacerlo en el piso, es la mejor posición para mí. Digamos que me sirve cuando lo más importante es poder trasladar el circuito creativo o de comprensión y percepción para inaugurar miradas.
— ¿Miradas que son inauguradas a través de un espejo?
—Exactamente, porque la obra está colgada del techo y los espejos transforman todo lo que cae por gravitación, porque yo trabajo con telas tendidas que caen haciendo su propio juego y en el espejo se ve invertido, entonces uno atraviesa virtualmente esas telas, Quizás sea difícil de explicar, pero uno cuando lo vive siente cosas nuevas, que nunca antes sintió, y por eso lo de las otras miradas que se encuentran.
— ¿Cómo un juego de niños?
—Claro, alguna vez alguien me contó que en la infancia recorría la galería de su casa mirando desde un espejo descubriendo el techo, y si lo haces vas a verlo diferente, vas a descubrir un acontecimiento estético nuevo, y vas a comprender algo de tu casa que no conocías. Eso se traslada a mi trabajo.
Como ya anticipó en su anterior experiencia en Rosario cuando en los noventa expuso Nube 5, Mireya aclara que su trabajo es un principio más que una temática, una exposición o un espectáculo, a lo que ella define como un género distinto que involucra a la gente desde sus propias capacidades perceptivas, en una experiencia sensorial que se transita hacia otro universo, que no tiene parámetros formales y que hay que ‘vivirlo para terminar de comprenderlo’, según las palabras de Baglietto.