El directorio del Banco Central quedó en la mira no sólo porque quedó con el quórum justo para sesionar, ya que sólo permanecen cinco miembros sobre un total de diez posibles. Además, esos integrantes quedaron “en comisión”, es decir, sin la aprobación del pliego por parte del Senado de la Nación, por lo que puede inferirse que se encuentran en la cuerda floja. No sólo la presidente Cristina Fernández de Kirchner podría renunciarlos en cualquier momento con un decreto similar al que firmó al nombrarlos, sino también porque la Cámara alta cambiará su conformación el 10 de diciembre y hay peligro de que una mayoría opositora busque remover a alguno o a todos los integrantes actuales de la entidad.
Esta situación incluye a Mercedes Marcó del Pont, que se encuentra desde hace dos años en esta situación. La titular del Banco Central ya sabe lo que es presidir la entidad con el Senado en contra ya que, no bien asumió, la Cámara alta estuvo a punto de rechazarle el pliego para completar el mandato que correspondía a Martín Redrado hasta septiembre de 2010. Sin embargo, finalmente estuvieron los votos necesarios (fue clave el del riojano ex presidente Carlos Menem) y Marcó del Pont fue confirmada hasta septiembre de 2010.
Pero desde entonces permanece en el cargo, al igual que su vice, Miguel Pesce, y otros directores, bajo la figura de “en comisión”. Es decir que todos fueron nombrados por decreto.
La lista de los integrantes del directorio que quedaron es la siguiente: además de Marcó del Pont y Pesce continúan el superintendente, Santiago Carnero, Waldo Farías y el recientemente incorporado Pablo López. Este último llegó a ese puesto por sugerencia del viceministro de Economía Axel Kicillof y debió renunciar antes de asumir en el directorio de Banco Macro, donde había sido designado como representante del Estado por las acciones de la Ansés.
La semana pasada, además, dejaron el directorio Carlos Pérez (último director que quedaba designado por el ex titular del Central Martín Redrado), Carlos Sánchez y Gabriela Ciganotto (en la práctica sería la única con chances de continuar, aunque por el momento no fue reconfirmada).
Los que quedaron mantuvieron el jueves último la primera reunión de directorio de cinco miembros, aunque no se trataron temas relevantes.
Cristina Fernández de Kirchner ya envió los pliegos de los directores a la Comisión de Acuerdos del Senado. Sólo hubo un dictamen favorable, para el de Marcó del Pont, por lo que podría ser tratado en cualquier momento en el recinto. El resto de los cuatro pliegos aún no tiene dictamen a favor.
Se trata, en definitiva, de una situación irregular, aunque la ley tampoco estipula un plazo máximo para que los directores permanezcan en esa condición precaria.
La sensación, de todas formas, es que no existe apuro ni del Congreso Nacional ni de la Casa Rosada para que los pliegos sean tratados. En su momento, al reformarse la Carta Orgánica de la entidad, la presidenta se había manifestado en contra con el hecho de que el Senado tuviera que dar el visto bueno a los directores.
Esta situación podría llevar al futuro Senado a avanzar sobre el actual directorio del Banco Central, lo cual generaría una crisis inédita para el funcionamiento de una institución clave para el manejo de la política monetaria y el uso de las reservas.
La presidenta ya recibió la sugerencia de algunos funcionarios cercanos para que envíe los pliegos de los actuales directores de la entidad, aprovechando que la conformación de la Cámara alta todavía es afín al kirchnerismo.
La Casa Rosada apuró el tratamiento de proyectos como el de Presupuesto 2014, la prórroga de la Emergencia Económica y de distintos impuestos para no enfrentarse con un panorama legislativo adverso luego del 10 de diciembre, cuando se renueve el Congreso. Y en realidad, también se apuró el trámite para que todo se vote antes del 27 de octubre, ya que luego de las elecciones parlamentarias podría haber más pases de bando por parte de legisladores hoy afines al gobierno nacional.