Seis goles. Tres penales. Cuatro expulsados. La urgencia de ganar de ambos. Muchos cambios en el marcador. Todos esos ingredientes tuvo el empate en tres que armaron Central Córdoba y Pablo VI, por la 27ª fecha del Molinas, en el Gabino Sosa, que le privaron al conjunto papal de coronarse campeón y ahora deberá esperar una semana más, cuando reciba a Central, para dar la vuelta.
El Canario salió a la cancha sabiendo que ganando daba la vuelta olímpica y eso, en varios pasajes, le jugó en contra.
El Charrúa pegó de entrada y a los 3 minutos ya ganaba 1-0 con un cabezazo de Héctor De Guardia. Con la ventaja, Córdoba planteó el partido de contra. Le cedió la responsabilidad a Pablo VI y apostó a los rapiditos Fernández y Sosa. El Canario tomó la posta y sin ser el equipo compacto de todo el torneo igualmente se las ingenió para empatar el partido a través de Escobar. En el medio se fueron expulsados Nahuel Paglialunga por el local y Emanuel Manzanelli por la visita.
En la etapa final vino lo mejor de la tarde. Escobar encontró un rebote en el área y a los 13 minutos dio vuelta el marcador. Pero esa alegría, que significaba un título, duró 120 segundos. El otro Manzanelli, Tobías, tomó a Marcelo Martín en el área y Eduardo Sosa canjeó el penal por la igualdad.
Pero había más, mucho más. Pablo VI fue otra vez en busca de ese gol que le diera el segundo campeonato en su historia y lo encontró. Penal de Di Santo a Reato y ejecución de Ahumada para el 3-2 parcial. Sin embargo Córdoba volvió a empatar dos minutos más tarde. Un error de cálculo de Nicolás Cedro le permitió a D’Alberti disparar al arco, pero Manzanelli se vistió de arquero. Mano, roja y penal, que nuevamente convirtió Sosa. Sobre el final González se fue expulsado y el Canario terminó jugando con ocho jugadores. El empate resultó justo.
El Charrúa sumó para seguir escapándole al descenso y Pablo VI ahora tendrá la oportunidad de festejar ante su gente, cuando dentro de seis días reciba a Central.