El viceministro de Economía, Axel Kicillof, defendió en un plenario de comisiones del Senado el Presupuesto 2014 y los proyectos para prorrogar la Emergencia Económica y los impuestos al cheque y los cigarrillos. Durante su exposición afirmó que en el proyecto del Gobierno «prima la política por sobre la economía».
Para Kicillof, el Presupuesto presentado es un «programa económico de crecimiento con claros objetivos políticos» y aseguró que plantea «políticas de corte heterodoxo».
Las comisiones de Presupuesto y Hacienda, y de Coparticipación Federal se reunieron en el Salón Azul del Senado, donde concurrió el viceministro, acompañado de los secretarios de Hacienda, Juan Carlos Pezoa, y de Finanzas, Adrián Cosentino.
La intención del Frente para la Victoria es emitir dictamen hoy y debatir las iniciativas enviadas por el Poder Ejecutivo en el recinto de sesiones el próximo miércoles 9 de octubre.
No obstante, existe la posibilidad de continuar el debate durante el jueves, por lo que si el dictamen se firma ese día, la sesión para abordar las leyes económicas pretendidas por el Poder Ejecutivo se llevará a cabo el 10 de octubre.
El secretario de Política Económica ratificó la «vocación del Gobierno de seguir creciendo con inclusión social aún cuando los vientos que soplan sean complicados y huracanados», al tiempo que deploró «los ataques especulativos fomentados por usinas que dicen que después de la elección se va a devaluar».
Además, el funcionario criticó a los «agoreros de siempre» que piden «ajuste y reendeudamiento serial».
Kicillof rechazó de esta forma los argumentos de los economistas y dirigentes políticos de la oposición que hablan de «fuga de capitales e incertidumbre» y advirtió que se trata de «procesos especulativos fogoneados políticamente» que el Gobierno «ha sabido capear».
También se refirió al proceso de exteriorización de divisas, cuya vigencia fue extendida hasta fines de diciembre próximo, al señalar que al Gobierno le pareció «oportuno prorrogarlo» para que «no esté sujeto a toda esa horajasca electoral que tiende a crear clima de desazón, de desasogiego y de peligro».
Indicó que el Gobierno ha sostenido una política de precios competitivos para la industria con los precios mundiales de la energía por el techo y reconoció que «esto no es fácil» y genera «tensión» con el sector privado.
Kicillof enfatizó que el Gobierno espera terminar el año con un crecimiento de 5 por ciento y que «aumentaron todas las exportaciones pero particularmente las de origen industrial». Aceptó que las economías regionales «tienen problemas» y justificó que eso se debe a que «se está trabajando para que se desarrollen».
El secretario de Política Económica aseguró que Argentina «está experimentando una transformación muy importante en su matriz productiva» a raíz del «profundo cambio» que se desarrolló en los últimos diez años de gobierno kirchnerista.
«Argentina está teniendo la fase de crecimiento económico más prolongada de los últimos 200 años», destacó Kicillof, y agregó que «esto marca un desprendimiento en términos macroeconómicos y sociales» con el «período neoliberal».
El funcionario cuestionó a lo que denominó como «el coro permanente de economistas ortodoxos neoliberales» que «dicen que el crecimiento en Argentina era artificial» y «esa idea de desánimo que querían imponer de que no había otro remedio que el de aplicar el manual básico ortodoxo».
«Cuando a la economía le va bien lo que le recomiendan es ajustar porque si no la economía se va a recalentar», advirtió, y consideró que «hasta tal punto llega lo obtuso que cuando a la economía le va bien le recomienda ajustes».
Kicillof precisó que Argentina «exhibe tasas de inversión récord», aseguró que al sector privado le fue bien y obtuvo beneficios altos en términos históricos».
Recalcó que les quisieron “hacer creer que en Argentina no hay forma de que haya un crecimiento armonioso en sector industrial y el sector agropecuario y que hay una antinomia indisoluble entre el campo y la ciudad».
Afirmó que ha habido «cosechas record en el campo, exportaciones record agropecuarias mientras la industria crece como no lo hacía en las últimas tres décadas» y explicó que «lo que hay que hacer es balancear el crecimiento de forma tal que le vaya bien al campo y a la industria».
Además, detalló que «ese crecimiento tuvo como contrapartida un mundo en crisis y un mundo en catástrofe» y sostuvo que no hay «más que ver lo que está ocurriendo en Estados Unidos que a la administración la han obligado a cerrar oficinas públicas».
Para Kicillof, la crisis económica mundial está atravesando «una tímida recuperación» que «le va a dar algún alivio a la batería de políticas anticíclicas que aplicó el Gobierno en 2012».
Para el funcionario, con el plan económico actual «se ha logrado revertir de manera terminante esa tendencia al empobrecimiento que tuvo la Argentina durante décadas y décadas» y recordó que «antes no era un discurso vergonzante desindustrializar al país».
Precisó que se ha pasado de «4,4 puestos de trabajo registrado a un 7,8», y admitió que «falta un tramo en términos de regularización».
Finalmente, llamó «plan macabro» al que «verbalizó José Martínez de Hoz cuando dijo que teníamos que ser un país que se dedique exclusivamente a la materia prima sin ninguna elaboración», aunque «sobraban millones de argentinos en ese país».
