Juan Román Riquelme abrió la semana del clásico ante River, que se jugará hoy, con una declaración elogiosa para Newell’s. “El empate no nos sirve a nosotros, y a ellos tampoco. Newell’s gana de local y afuera, y marca los tiempos del torneo”. Lo que se puede agregar es que dentro de ese Newell’s, que juega y gana, está Maxi Rodríguez. Y cuando Newell’s deambula por la cancha jugando parecido al rival de turno, ayer Quilmes. La Fiera lo define en un flash.
Habían pasado 36 minutos de un partido más del fútbol argentino. No daba sensación de estar jugando el puntero contra uno de los peores, hasta que apareció Maxi. Y ahí todo cambió, una jugada con ADN rojinegro, que tuvo rotación, toque y definición. Quilmes no está preparado para aguantar a un equipo que sigue marcando tendencias.
Con la salida de Ignacio Scocco, ni el paraguayo Aquino, ni Fabián Muñoz, y tampoco David Trezeguet, ocuparon su lugar. El que se encarga del rol principal es Rodríguez. La Fiera arranca desde tres cuartos, pero cuando entra al área se viste de Scocco. Y es goleador. Puede parecer ausente, pero sus compañeros saben que siempre está, y si los rivales se distraen, los liquida.
Quilmes no fue la excepción, jugaba de igual a igual, y se lo notaba tranquilo. Pero la Fiera avisó con remate que tapó Peratta, primero. Y en la segunda lo liquidó. Como para sentenciar que, en los partidos en donde Newell’s duerme y se asemeja a los otros, Maxi Rodríguez acomoda la tabla.
