Cachetes colorados, manitos alzadas, miradas inquietas y el uniforme o delantal del colegio un sábado por la tarde fueron algunas de las particularidades de la última jornada del Congresito de los Chicos, el encuentro que tuvo lugar en la ciudad desde el jueves hasta ayer, con niños de 4 a 14 años, representantes de distintas escuelas de toda la provincia (se realizó en Rosario y en la ciudad capital), provincias como Mendoza, Entre Ríos, Misiones y Tierra del Fuego, además de alumnos de escuelas de Colombia y Uruguay, con un único objetivo: “Conocer la felicidad”. A lo largo de tres jornadas más de seis mil chicos jugaron, se divirtieron e intercambiaron opiniones, una experiencia que los adultos valoraron sobre todo a la hora de la recreación, al igual que la opinión de los docentes, aunque éstos pidieron mayor organización para la próxima vez. El cierre en Rosario fue en el Monumento a la Bandera con los espectáculos (gratuitos) de Luis Pescetti, Magdalena Fleitas y la Gran Banda, Jorge Fandermole, Carolina Peleritti y Patricia Sosa y más de 7 mil personas en el público.
El tiempo acompañó y en la última jornada del Congreso de los Chicos, que comenzó a las 10 en la Isla de los Inventos, los padres se sumaron para saber de qué hablan los chicos. Es por eso que la grilla preparó, en tres horarios (de acuerdo con las edades), plenarias sobre temas como la felicidad, el dinero y los enemigos del planeta.
Por medio de preguntas que realizaba la ministra de Innovación y Cultura María de los Ángeles “Chiqui” González, los chicos levantaban la mano y recibían el micrófono para dar su opinión. Si bien a alguno no se les entendía entre los gritos de sus compañeritos o el bullicio propio de un sábado soleado.
“Para mí, la felicidad es jugar y divertirse”, dijo Sofía, de 6 años, después de agitar su bracito derecho, pidiendo la palabra.
En cambio, para Nicolás, felicidad es “que vengan mis amigos a mi casa”. Los chicos buscaban participar a toda costa, y esperaban ansiosos que los colaboradores les alcancen el micrófono para dar su testimonio. Otra de las preguntas fue ¿de qué color es la felicidad? Y apareció una paleta de colores con fundamentos: “Para mí, es rojo, porque es el color del corazón”, dijo Josefina mientras que Anahí dijo que tenía “todos los colores del arco iris”. Para Gino, la felicidad “es marrón, como el color de la tierra” y para Gustavo, que miraba detrás de su flequillo largo, “es de color verde, porque es mi color favorito”.
También se habló sobre el dinero, y ahí muchos padres y docentes se sorprendieron gratamente por las definiciones escuchadas. “Cuando querés tener mucha plata es porque no querés a tu familia”, dijo Matilda mientras se rascaba la cabeza, y Tomás remarcó que “la plata tiene cara de aburrida”. En un costado, para Jeremías la “plata es la felicidad de dar de comer a sus hijos” y para Victoria “sirve para comprar el regalo del Día de la Madre”.
“Los chicos disfrutaron mucho de los juegos que tuvieron en estos días, les dio la oportunidad de conocer lugares del Tríptico de la Infancia, como La Granja de la Infancia. También se hicieron de nuevos amigos y tengo entendido que llegaron a su casa entusiasmados por volver la próxima jornada”, señaló Mariela, docente de la escuela. Imaginación, sentido común, fantasía, inocencia, todos motores de las respuestas que se escucharon en tres bloques desde la escuela Nº 229 de Roldán. Ella como Natalia, su colega, advirtieron que los niños y niñas que participaron gracias al sorteo que se realizó en su escuela “se mostraron muy felices por la posibilidad de hacer cosas nuevas”. “Pero nos hubiera gustado tener un poco más de organización, tanto en la data que nos daban a los docentes antes que comience el congreso, como también a la hora de acreditarnos, porque la primera jornada estuvimos esperando cuatro horas para poder anotar a los chicos con los que vinimos, cuando se podría hacer por otro medio, como internet”, sugirió Natalia.
Por su parte, Ana, una mamá que acompañó a su hijo desde la primera jornada, no vio demasiadas cualidades en la propuesta. “Por lo que vi, mi nene estuvo jugando mucho, lo cual es bueno, pero recién hoy tocan temas como la felicidad, la amistad y les piden su opinión. Pensé que entre las actividades iban a tener algún tipo de mensaje de parte de los coordinadores o algo así, pero nada de nada. Tanto en la Granja de la Infancia como en la Plataforma Lavardén hicieron el recorrido guiado pero no mucho más que eso. Confieso que tenía otras expectativas”, se sinceró.
En tanto, Melina se emocionó cuando su hijo, León, tomó el micrófono. “Él es muy curioso, siempre hace preguntas y después de cada jornada venía enloquecido a casa a contarnos todo lo que hizo. Igual, me hubiera gustado que se haga con las escuelas o grados completos, que lo hagan más seguido pero que no seleccionen sólo seis chicos de toda una escuela, por suerte al mío le tocó pero los otros quedaron con las ganas”.
Más al fondo, Carlos y Maricel aprovecharon y se llevaron el mate. Su dos hijos, de 5 y 7 años, estaban en el enjambre de niños que levantaban los bracitos para hablar. “Las actividades estuvieron buenas, conocieron lugares de la ciudad donde no los hemos podido llevar hasta ahora y aparate son muy curiosos, así que tener una propuesta diferente los entusiasmó”, dijeron.
Está claro que los chicos quieren seguir divirtiéndose y en estas tres jornadas lo hicieron a lo grande. De allí la experiencia inolvidable y la prueba de que ellos también tienen quiénes los escuchen.
“Fueron los días más felices”
Con un importante espectáculo musical, se cerró ayer el Congreso de los Chicos en el Monumento a la Bandera, del cual participaron 7 mil niños de toda la provincia para celebrar los 30 años de democracia. Durante el congreso, que en Rosario comenzó el jueves en el la Isla de los Inventos, participaron 7 mil chicos que fueron elegidos como congresales en representación de escuelas, clubes, bibliotecas, organizaciones no gubernamentales e iglesias del sur provincial. Mientras que los niños del norte santafesino se congregaron en la ciudad capital. Además, hubo 19 participantes de otras provincias y 39 de otros países de Latinoamérica. En los tres días que duró el Congresito, los chicos pudieron realizar juegos, compartir fogones, foros, debatir sobre distintos temas y tuvieron la posibilidad de hablar cara a cara con autoridades provinciales y municipales.
La ministra de Innovación y Cultura, María de los Ángeles Chiqui González, habló con El Ciudadano y realizó un balance sobre los tres días que duró el Congresito. “Se dieron muy buenos debates sobre la felicidad, sobre el derecho a ser niño y plantar bandera para que esto sea una realidad, se sintió la fuerza del conjunto y muchos dijeron que fueron los días más felices de sus vidas”, expresó.
Además, se refirió a un tema complejo, como es la violencia contra los chicos: “Muchos niños creen que los adultos tienen el derecho de golpearlos, esto no es así, hay una idea equivocada de lo que es el respeto a la autoridad del mayor”, se plantó.
Otra de las cuestiones que destacó González es cómo los niños pudieron entablar amistades, algo a lo que, según cree, en estos tiempos no se le está dando tanto valor. “Hay un apego muy grande a la familia y se desdibuja algo que en la infancia es primordial como el grupo de amigos, esto tiene que ver un poco con la discriminación y el bullying”, señaló.
El la organización participaron cuatro ministerios, por lo que la ministra destacó “la experiencia de no división del Estado”. El congreso además fue documentado por Unicef, que realizará publicaciones sobre el mismo. Además, se transmitirán programas especiales por Paka Paka y Encuentro para que todo el país sepa lo que los chicos piensan sobre sus derechos y cómo ven a los adultos.