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Desparasitar para protestar

Carreros de la ciudad lanzaron un reclamo a la Municipalidad con un operativo de vacunación a sus animales. Una ordenanza elimina la tracción a sangre para fines de 2014 y temen quedarse sin nada: “¿Como vamos a dar de comer a nuestras familias?”.

caballo

En el mediodía de ayer la zona de Génova y Chaco mostraba un panorama diferente a los demás sábados: en medio del calor, y cuando no se acertaba a percibir si llovería o no, caballos con carros estaban distribuidos formando una fila a la que se sumaban unos que iban llegando mientras otros seguían camino. ¿La razón? Una inédita jornada de vacunación y desparasitación de caballos organizada por los mismos carreros, que además de garantizar la sanidad de los animales pretendían mostrar que se ocupan y se preocupan de su cuidado.

Los carreros se movilizaron a modo de expresar su preocupación respecto de la ordenanza 8.726, que establece la eliminación de la tracción a sangre en la ciudad para fines del año próximo. La norma, aprobada en 2010 en el Concejo Municipal, establece un cambio paulatino de los carros a tracción a sangre por otro tipo de movilidad –por estos días en Paraná se comenzó a entregar motocarros–, pero hasta el momento no se hizo nada, y los recolectores informales temen por su fuente de subsistencia.

“Desde la Municipalidad y Economía Solidaria no se hace nada. Los carros muchas veces los manejan menores en medio de la mugre, nadie se ocupa de esta situación”, alertó una cartonera que no quiso dar su nombre.

Según los carreros, el gobierno municipal trata de sacarles los carros y los caballos, pero no los ayudan ni los capacitan. “Nos ofrecen hacer huertas, pero con eso no les pueden dar de comer a nuestras familias. Nos quieren esconder debajo de la tierra y terminar con el pobre”, se quejaron.

“No tenemos otro medio para subsistir, queremos respuestas. Nos proveyeron de la libreta sanitaria, les pusieron chips a los caballos, y Control Urbano no se hace cargo de la asistencia veterinaria como corresponde. La Municipalidad, junto con el área de Economía Solidaria, tienen que hacerse cargo de revertir esta situación. Que el carrero tenga un trabajo”, dijo por su parte otro de los cartoneros.

En torno del predio de las calles Génova y Chaco viven alrededor de 450 carreros, lo que abarca las zonas de Empalme Graneros, barrio Industrial, Nuevo Alberdi, Arroyito y parte de Ludueña.

“Nos gustaría que la gente tome conciencia y que cuando vea un carro con caballo no nos diga «negros de mierda». No queremos que nos saquen los caballos porque no vamos a poder alimentar a nuestros hijos. Vivimos muy mal, estamos pegando gritos de ahogados, queremos que nos ofrezcan una salida laboral. Los cartoneros pertenecemos a Rosario y tenemos derechos”, detalló otro de los carreros.

Los cartoneros venden por separado lo que juntan por las calles de la ciudad y cada uno hace su propia carga. Se les paga 0,50 centavos de peso el kilo la chatarra, 0,80 el de cartón, y 1 peso el plástico. Para sobrevivir, el ciruja tiene que juntar 500 kilos mensuales.

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