A poco menos de un año de su conformación, el comité ejecutivo de la cuenca del arroyo Ludueña –que venía demorado desde hace años y se terminó materializando tras la exigencia de soluciones por parte de la población luego de la feroz tormenta que se abatió el 21 de octubre de 2012 en el aglomerado Rosario provocando muertos y anegamientos– tiene más cuentas pendientes que hechos concretos. Si bien los municipios hicieron sus aportes dentro de sus posibilidades económicas, principalmente con obras menores como saneamiento de canales, los proyectos a gran escala son muchos, necesarios, y la zona aún está lejos de estar totalmente preparada para precipitaciones que superen el nivel promedio. Igualmente, sus integrantes destacan que los trabajos realizados a lo largo del año “han mejorado las cosas”. El último dato es que la provincia ha firmado un convenio con el Instituto Nacional del Agua (INA) para hacer un relevamiento de toda la cuenca que apunta a establecer cuáles son las obras prioritarias para evitar el efecto de “anegamiento en cadena” que se viene dando en localidades como Funes, Roldán, Pérez y Rosario cuando el agua caída es abundante y en un lapso breve.
El vicepresidente del comité de cuenca, José Luis Páramo, quien además es secretario de Planeamiento de Funes, contó que “el miércoles hubo una reunión del comité ejecutivo y se está trabajando”. “Hemos solicitado algunas obras que son prioritarias y están en carpeta, por lo que estamos manteniendo reuniones con la provincia para determinar el tema de los fondos. Las municipalidades más afectadas estuvieron haciendo trabajos a lo largo de todo el año con tareas de limpieza y ensanchamiento de sus canales principales. Nosotros en Funes hemos realizado obras en todos los canales que desembocan en el Ludueña y el Ibarlucea. Estamos hablando de 29 kilómetros saneados, además de otras obras complementarias”, remarcó.
“La provincia ha firmado un convenio con el Instituto Nacional del Agua (INA) para hacer un relevamiento de toda la cuenca. Hay muchos proyectos, algunos de mayor y otros de menor costo. Todo lleva mucho dinero y mucho tiempo. Hay proyectos como la realización de pequeñas represas, de baja altura, en distintas partes, que sirvan para demorar la llegada del agua”, agregó.
Otra de las cuestiones en las que no se llegó a un acuerdo es en el pago de la tasa por parte de los productores rurales que tienen sus campos en la zona de la cuenca. “Eso está en stand by. Hay una ley que especifica que quienes tienen campos donde están las cuencas tienen que pagar una tasa por hectárea. El tema de la cuenca del Ludueña es que además hay muchos sectores urbanos, lo que ha complicado la situación. Por eso se está evaluando que las comunas afectadas hagan su aporte al respecto, se está discutiendo”, explicó Páramo.
Por su parte, el secretario de Obras Públicas de Pérez, Norberto Birgin, dijo que el comité virtualmente no estuvo funcionando justamente porque nunca se pudo aprobar la aplicación de la tasa. “Así que como no está funcionando cada municipio fue haciendo obras que estuvieron paradas. Nosotros trabajamos en la zona de la represa del Ludueña y en distintos canales que tenemos en la zona”, remarcó.
“Las obras hidráulicas no son rápidas, son caras y necesitan un tiempo de ejecución. Muchas veces no las puede terminar una sola gestión. Lo que hicimos nosotros fue no parar nunca, ni hemos dejado de actuar. Hay obras de envergadura que son necesarias, como las que se están haciendo en el acueducto Sorrento, que son canales aliviadores. También están las obras del canal de la legua en Roldán. Son todos trabajos que apuntan a un objetivo que es evitar o minimizar al máximo las consecuencias de una lluvia como la que tuvimos el año pasado”, afirmó.
Desde Roldán, su secretario de Obras Públicas e integrante del comité, Eduardo Di Benedetto, sostuvo que el grupo estuvo funcionando como “ámbito de discusión”. “Después está el tema de las obras menores que fue haciendo cada municipio como la limpieza de canales, las reparaciones de puentes, la reparación y limpieza de alcantarillas y demás que se fueron haciendo y se siguen haciendo, no con la mecánica prevista porque cada municipio va afrontando los gastos de las máquinas otorgadas por la provincia”, subrayó.
“En Roldán hemos estado trabajando en la limpieza del canal intercolector de la media legua. Con respecto a las obras estructurales, una de las prioridades de los integrantes del comité está en las obras del Aliviador 3, que aunque no tiene intervención directa en la cuenca, hay mucho interés. Por su parte, nuestro municipio planea levantar el camino rural unos dos metros y por una extensión de 3,2 kilómetros desde la ruta A-012 hacia el oeste. Y en el mismo canal, pero hacia el este, hacer limpieza y ensanchamiento del cauce para que haya velocidad de escurrimiento y rapidez hacia la represa del Ludueña. Son unos 70 mil metros cúbicos de movimiento de tierra y es una obra que ayudará a que no se inunden Roldán, Funes, Ibarlucea y el noroeste de Rosario”, añadió Di Benedetto.
“Estamos mejor que antes. En algo que no hubo acuerdo fue en el tema de la tasa que deberían abonar los productores rurales. Eso se sigue discutiendo, ver que utilidad real se le va a dar a esa tasa. No siempre las relaciones fueron aceitadas pero se han logrado acercamientos en las reuniones”, concluyó.
El paradigmático Aliviador 3
El comité de cuenca del arroyo Ludueña se formó, tras años de dilaciones, a fines de octubre del año pasado. Está integrado por delegados de quince localidades: San Lorenzo, Fray Luis Beltrán, Capitán Bermúdez, Ricardone, Luis Palacios, Roldán, Pujato, Coronel Arnold, Ibarlucea, Granadero Baigorria, Rosario, Funes, Zaballa, Pérez y Soldini. Desde su formación no estuvo exento de polémicas con los productores rurales, quienes se niegan a pagar la tasa para financiarlo, y quejas contra el gobierno provincial por no tener “un claro plan de obras”, entre otras.
Una de las obras más importantes en la zona de la cuenca es el Aliviador 3, que el gobierno provincial comenzó a construir en enero de este año en la zona de Sorrento. La misma tiene un presupuesto que ronda los 100 millones de pesos y un plazo de ejecución de 40 meses.