Newell’s dio muchas ventajas en un torneo que se le presentó favorable desde el primer momento. Lo marcan, por ejemplo, las cinco fechas sin ganar que lleva el equipo y anoche volvió a desperdiciar una oportunidad clave. Sobre todo porque arrancó ganando. Pero le faltó simpleza para resolver el partido y Tigre se lo dio vuelta con muy poco.
Lucas Bernardi tuvo en Victoria tiempo y espacio para manejar los tiempos del partido. Desde su juego, la Lepra se movió con soltura y comodidad, explotando la espalda de los laterales de Tigre. Y en ese lapso, en el que marcaba superioridad en el trámite, abrió el marcador tras una precisa habilitación de Pablo Pérez y la definición de Fabián Muñoz para culminar una buena maniobra colectiva. Antes había avisado David Trezeguet con un remate por arriba.
Pero Tigre levantó gracias al empuje de Sebastián Rusculleda (el principal argumento ofensivo del local), que a los 34 minutos empató el encuentro con un remate a la salida de un tiro libre en el que Newell’s tardó en reaccionar. Y en la última jugada del primer tiempo lo tuvo Newell’s de penal, pero Trezeguet lo quiso asegurar y la tiró por arriba.
El trámite del complemento fue mucho más parejo. La Lepra dispuso de una buena oportunidad con un centro de Trezeguet hacia Muñoz que se fue por arriba y el franco-argentino tuvo otra chance que no pudo conectar tras un centro atrás de Eugenio Isnaldo.
Hasta que Milton Casco se excedió en la confianza, la paró de pecho en vez de despejarla dentro del área, Cristian Bordachar se le puso adelante y el lateral leproso lo tumbó. Penal que Gastón Díaz transformó en el 1-2.
El ingreso de Rinaldo Cruzado le dio algo más de movilidad al medio y de compañía a Bernardi. Pero Newell’s naufragó en el intento de llegar al empate. Así, se fue de Victoria con una enorme decepción. De esas que sólo generan las frustraciones cuando el principal responsable es uno mismo.
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