Barack Obama calificó de «prometedor» el trabajo propuesto por los impulsores de la ley y aseguró que «puede servir como base» para alcanzar la modernización sobre las normas de inmigración existentes en el país.
Los senadores Charles Schumer, demócrata, y Lindsey Graham, republicana, son quienes elevaron el texto al primer mandatario estadounidense. El proyecto contempla cuatro puntos, la expedición de documentos de identidad, el aumento de la seguridad en las fronteras, la creación de un nuevo procedimiento para permitir la llegada de trabajadores temporales y la legalización de los inmigrantes que se encuentran en los Estados Unidos.
La nueva ley migratoria se encuentra trabada, debido a que las negociaciones en el Congreso desde el inicio de la presidencia de Obama se centraron en la reforma del sistema de salud.