Para recorrer la obra del escritor y poeta Fabricio Simeoni, desde ayer y hasta mañana el Centro de Expresiones Contemporáneas (Paseo de las Artes y el río) alojará el encuentro Mundo Sabarasa, una propuesta que agrupará poesía, música, video, la exposición de arte “Endoforia sin prisa” y danza, para repasar la obra literaria y presentar el último libro del autor local, titulado Poética del accidente, recientemente editado por Papeles de Boulevard.
La apertura tuvo lugar ayer con un panel a cargo los escritores Marcelo Scalona, Vicky Lowell (Editorial Papeles del Boulevar) y Alejandra Méndez. También hubo lecturas a cargo de Pablo Castro Leguizamón, Gonzalo Aloras, Fernando Marquínez, Beatriz Vignoli, Federico Tinivella, Alejandra Ríos, Nico Uribe y Sergio Stegmayer. Y, a nivel musical, Fabián Gallardo presentó canciones del disco: Alquímica + set de canciones de Cielo Razzo.
La propuesta está dedicada a recorrer la obra de Simeoni, un mundo que el propio autor, fallecido el pasado 14 de octubre a los 39 años, planificó, y para el que había convocado a músicos, artistas plásticos, coreógrafos, bailarines, videastas, escritores y actores. “Algo hermoso que tenía él (Fabricio) era que tenía la capacidad de reunir a todos los artistas”, dijo el escritor Marcelo Scalona, uno de los que lleva adelante este encuentro. La primera de las tres jornadas (ver aparte) también sirvió de marco para la presentación del último libro de Simeoni, titulado Poética del accidente, en el que el escritor había trabajado el último año. “En este libro él se volvió mucho más grave, no triste, sino en el sentido del tono, un libro implacable, de una gran justeza verbal”, opinó Scalona. Y sobre su tono literario destacó: “Él acostumbraba a jugar mucho con el lenguaje, a ser un poco barroco, pero acá se volcó a una cosa más exacta y reticente frente a una enorme síntesis de pensamiento”.
Durante la entrevista Scalona también recordó, “Curiosamente antes de morir Fabricio nos dijo a muchos que defendiéramos este libro y nos ocupáramos mucho de él. Después nos dimos cuenta que había un mensaje cifrado en esa expresión”.
En febrero de 2007, cuando el Negro Fontanarrosa ya estaba mal de salud, Fabricio Simeoni le prestó un software informático que él utilizaba para que pudiera trabajar de forma autónoma con su voz. Agradecido le grabó unos poemas en ese disco hermoso que se llamó Alquímica. “Estábamos en un bar cuando en un momento Fabricio se va para el baño; el Negro me mira y me dice: «Este pibe está siempre contento«. Esa expresión es la que uno siempre vio en Fabricio, era una persona muy feliz y, creo, cumplió un destino de luz y deseo extraordinario”, concluyó Scalona.
