Con la intención de contener la sangría de reservas, el Gobierno decidió elevar del 20 por ciento al 35 por ciento el pago a cuenta del Impuesto a las Ganancias y Bienes Personales aplicado sobre las compras realizadas con tarjeta en el exterior. La novedad es que esa percepción ahora se aplicará a la compra de moneda extranjera para turismo y viajes.
Hasta ayer la adquisición de divisas, previa autorización de la Afip, se hacía al tipo de cambio oficial. Con el recargo, al cierre de la víspera, el dólar a comprar por quienes viajen al exterior sería de 8,322 pesos.
El pasado 21 de noviembre, en su primer contacto con la prensa en su calidad de jefe de Gabinete, Jorge Capitanich ya había dejado una pista sobre las decisiones que el Gobierno estaba analizando en materia cambiaria. Ese día, el exgobernador chaqueño afirmó: «Vamos a proteger, a cuidar nuestras reservas. No vamos a destinarlas a asignaciones de carácter suntuario». Esa misma semana, se anunció el proyecto para recargar hasta un 50 por ciento el recargo sobre la compra de autos de lujo.
Desde antes de las elecciones legislativas del 27 de octubre, las especulaciones en torno al mercado cambiario se multiplicaron por doquier, inclusive con visiones encontradas dentro del propio Gobierno. Altos funcionarios salieron, en numerosas oportunidades, a desmentir cualquier posible aumento en el recargo a las compras con tarjetas en el exterior.
Sin embargo, los cambios en el gabinete, con el ingreso de Capitanich como jefe de ministros y de Axel Kicillof como titular de Hacienda, con el camino despejado con las salidas de Guillermo Moreno yMercedes Marcó del Pont, abrieron la puerta para la aplicación de nuevas medidas para priorizar «la inversión productiva», tal como se encargaron ambos ministros de repetir desde que asumieron su nuevo rol.