Con una dura condena cerró la primera instancia del juicio oral que se siguió contra Martín Santoro, el verdulero de 37 años acusado de robar y matar a tres durante el año 2010, en el marco de lo que se conoció como los crímenes de barrio Parque. Durante la audiencia se dio lectura a la parte dispositiva del fallo, que duró unos breves minutos, cuando la presidenta del tribunal comunicó el veredicto: prisión perpetua para el acusado por tres hechos de homicidio criminis causa (es decir cuando se comete un delito para encubrir otro). La decisión fue tomada en forma mayoritaria por el tribunal pluripersonal compuesto por María Isabel Más Varela, Juan José Tutau y Roxana Bernardelli, quien votó en disidencia parcial. El próximo 19 de diciembre se conocerán los fundamentos de la decisión. Por su parte la defensa prefirió ser cauta y esperar el contenido del fallo para conocer en qué se basaron los magistrados para condenar a su cliente.
La lectura de la sentencia fue escuchada en silencio por el imputado, mientras que vecinos de las víctimas mostraron su alivio ante la decisión. Concluido el acto, la familia de Santoro prefirió no hacer declaraciones mientras que Leda, hija de Susana García – quien fue hallada asfixiada en su vivienda– mostró su conformidad. “Uno internamente lo esperaba, sabíamos que (el acusado) era culpable pero uno siguió luchando para que la Justicia y la sociedad supiera que fue así. No te diría que estoy contenta porque esta es una situación horrible pero estamos satisfechos, por lo menos uno puede seguir confiando en la Justicia”, remarcó.
Respecto de los tres años y medio que llevó la tramitación del caso la mujer refirió que fue mucho tiempo el que esperaron: “Uno estaba muy cansado, triste y esperando un desenlace. Esto no termina acá; ellos (por la defensa de Santoro) van a seguir apelando pero esto es un cierre de una lucha ardua, contra muchas irregularidades, desprolijidades, corrupción, se corrió mucho dinero pero bueno, creo que se logró”.
Y concluyó diciendo que va a cerrar el capítulo y “si hay otras personas implicadas una por una irá cayendo y sino Dios, de arriba, hará justicia. Esta lucha desgasta mucho emocionalmente, la familia, los hijos, la vida social, también uno quiere darle un corte, un cierre que por suerte ha sido favorable”, afirmó.
Por su parte, el abogado Raúl Superti, defensor de Santoro, refirió que previo a una apelación van a esperar los fundamentos “donde van a decir por qué, con qué pruebas lograron sostener la autoría de nuestro defendido y en base a qué fundamentos rechazaron las nulidades que planteamos”, afirmó.
Tres muertes
En el año 2010 se produjeron en barrio Parque una serie de homicidios que tenían como víctimas a ancianos que vivían solos. De los distintos hechos investigados, solo tres llegaron a juicio: el crimen de Concepción Lavore, de 73 años, ocurrido en febrero de 2010 en una vivienda de Suipacha al 2100; el homicidio del músico José Savini, de 74, sucedido el 13 de mayo de mismo año en la localidad de Zavalla, y la muerte de Susana García de Giménez, de 75, asesinada 14 días después en su casa de Riobamba al 3000. Durante la instrucción se ordenó el arresto de Martín Santoro, que se efectivizó el 5 de junio de 2010 y generó una seguidilla de detenciones. Otras once personas, entre ellas otros tres integrantes de la familia Santoro, fueron arrestadas aunque todos quedaron desvinculados a excepción de Martín, que hoy enfrenta una condena de prisión perpetua.
Otras muertes de ancianos quedaron sin culpables (Por Lucía Demarchi)
La saga de crímenes de ancianos ocurrida en 2010 puso en alerta a barrio Parque y a la ciudad toda. Aunque resta saber si habrá apelación, con la condena a prisión perpetua que ayer fue impuesta a Martín, el único de los hermanos Santoro que quedó implicado en la causa, fueron resueltos tres de esos homicidios: el de Concepción Lavore, el de Susana García de Giménez y el de José Savini (que si bien ocurrió en Zavalla quedó envuelto en la misma trama que los demás).
Sin embargo, estas no fueron las únicas muertes de adultos mayores que ocurrieron ese año.
Cuando los crímenes de ancianos se hicieron reiterativos, los casos dejaron de investigarse como hechos aislados y la Justicia comenzó a buscar un denominador común para todos ellos. De esa manera llegaron al verdulero Santoro, varios integrantes de su familia y también allegados, vecinos y hasta trabajadores de la verdulería. No obstante, varios quedaron irresueltos.
El primer caso de este tipo ocurrió un año antes de que comenzara la llamada saga de barrio Parque. Fue el 20 de enero de 2009 y tuvo como víctima a María Inés Gómez, de 78 años, quien fue hallada muerta en su casa de pasaje Coffin 3033. En un principio, la Justicia consideró a este hecho como el primero de la saga, cuyo modus operandi se repetiría en los demás crímenes, todos ocurridos durante el año siguiente. Como dato, se mencionó que María Inés Gómez vivía en la misma cuadra que Roberto Santoro –el dueño de la verdulería– y sus hijos Martín, Cristian y Federico. Pero ese hecho no fue sumado al juicio.
Los otros casos que en un principio se investigaban en el marco de los crímenes de ancianos de barrio Parque fueron el de Alfredo Ciro Nasurdi, de 78 años, ocurrido el 8 de enero de 2010 en Moreno al 2100; y el de Olga Osello de 88 años, muerta en su casa de Viamonte 1520 el 2 de junio del mismo año. Estos hechos no fueron en barrio Parque sino en una zona lindera conocida como barrio del Abasto.
Durante la investigación de estos tres casos, la Justicia no consiguió reunir evidencia suficiente para probar que se hubiera tratado del mismo autor que cometió los crímenes de Lavore, García y Savini, por lo que no llegaron a juicio.