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Menos gente cruza a la isla por los precios de las lanchas

Así lo indicaron desde algunos paradores que dicen registrar una importante caída en la cantidad de visitantes. En Isla Verde, el año pasado llegaron a recibir 7 mil personas entre sábado y domingo, y ahora el promedio es de 1.200, dicen.

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Las largas filas siguen estando, las lanchas colectivas aún viajan llenas y las playas al otro lado del Paraná se ven repletas desde la costa rosarina. Sin embargo, desde dos de los paradores isleños más emblemáticos afirman que la actividad ha mermado. Carlos Persini, de Isla Verde, en la isla La Invernada, manifestó que al parador, que  ha llegado a tener “7 mil personas entre sábado y domingo”, ahora “apenas” llegan unos 1.200 visitantes por fin de semana. En la otra punta, en el parador Vladimir del banco San Andrés, frente a la Estación Fluvial, observan lo mismo y lo adjudican, entre otros motivos, a que el precio del pasaje de las lanchas es elevado e influye en la decisión de ir o no a la isla. Cruzar el río cuesta entre 35 y 80 pesos por persona.

Llegar a Vladimir cuesta 60 pesos, ida y vuelta en el día, y no hay infraestructura para quedarse: no se puede acampar. Allí el uso de la playa es gratis, sólo los servicios tienen costo. Es decir, se paga una consumición mínima. Alquilar reposeras y sombrillas cuesta 30 pesos todo el día, en pack, y hay un “sector VIP” –arbolado, con mesas y sillas para una familia, por ejemplo– al que se accede a 100 pesos diarios. Un grupo de cuatro personas que quiera ir allí gastaría unos 340 pesos, más lo que compren para llevar o consuman allí. De allí que la estimación de gastos de más de 400 pesos para un grupo pequeño o una familia tipo para pasar una jornada en el parador no parece ser exagerada, pero si todo debe salir de un solo bolsillo no parece fácil de repetir.

Desde ese parador, Juan Carlos, uno de sus administradores,  afirmó que los servicios se consumen y funcionan por los que van al parador. El problema está en que menos personas llegan a comparación de otros años: “La actividad mermó. Yo creo que pasa en todos los rubros, aunque en este caso también influye el costo del pasaje. No es lo mismo 60 pesos que 40, especialmente pensando en los grupos familiares”, remarcó.

Al lado del puente Rosario-Victoria, en el parador Isla Verde, la situación de Vladimir se repite. Allí, el principal ingreso que sostiene al negocio es la lancha a 35 pesos que sale de Costa Alta. No hay que pagar por estar en el predio y tampoco es obligatorio consumir. Lo que sucede es que cada vez más gente llega a esa parte del río a través de las lanchas-taxi, muchas no habilitadas. “La gente no se toma nuestra lancha en Costa Alta, viajan en las que no están habilitadas. Hace unos dos o tres años que surgieron estas lanchas taxis y no se hace nada al respecto. Nosotros hemos llegado a contabilizar siete mil personas entre sábado y domingo, ahora vienen unas 1.200”, explicó Persini.

El fenómeno de las lanchas-taxi fue creciendo en los últimos años, a la par del uso recreativo del río. Muchas dependen de paradores menos conocidos, muchas otras de personas que se hacen unos pesos cruzando a los que no tienen cómo hacerlo y no quieren ir a los mismos lugares de siempre. Eso implica el traslado con lanchas no habilitadas para hacerlo, con las condiciones de seguridad no garantizadas. Sebastián, quien maneja una de éstas, explicó que la gente las elige para poder ir a otros lugares que no son paradores tradicionales. También, son una buena alternativa a las largas colas que hay que hacer los fines de semana para tomar las lanchas de los paradores. El servicio cuesta entre 50 y 80 pesos por persona, ida y vuelta. El margen de diferencia en el precio está dado por la distancia que se tenga que recorrer. La lancha de Sebastián está habilitada como de pasajeros y puede llevar hasta diez personas por viaje. Por fin de semana contabiliza unas cien, solamente él.

Las personas con sus propias embarcaciones tienden a pasar la tarde o el fin de semana en lugares más alejados, donde también hay paradores pero de cierta exclusividad y por ende menos masivos. Uno de ellos es Puerto Pirata, un espacio más bien reservado a embarcaciones  particulares: lanchas, veleros y barcos. El parador está frente a Granadero Baigorria y tiene servicio de camping, restaurante, proveeduría, cabañas y ofrecen actividades regularmente, del tipo torneo de fútbol femenino o noche de sushi. Son aproximadamente 150 las embarcaciones que ocupan sus playas cada sábado y domingo. El parador ofrece un servicio de lancha taxi exclusivo para clientes, que sale 40 pesos los días de semana (ida y vuelta) y 50 pesos los fines de semana (ida y vuelta).

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