Los argentinos activistas de Greenpeace Camila Speziale y Hernán Perez Orsi, que fueron detenidos en Rusia por intentar subirse a la plataforma petrolera de la empresa Gazprom, regresaron a la Argentina.
Speziale y Pérez Orsi arribaron a Ezeiza a las 9:13 en el vuelo 394 de Air France, que abordaron en París, luego de viajar desde San Petersburgo, y eran aguardados por los familiares y activistas de Greenpeace con remeras verdes y blancas.
Luego de llegar, Perez Orsi consideró que las acciones van a terminar «el día que el Artico sea un santuario» y destacó que «la embajada (argentina) estuvo todo el tiempo al lado nuestro» y consideró que fue «muy dura la reacción de Rusia, desmedida y violenta».
En tanto, Speziale continuará «luchando por los ideales que uno tiene en la vida» y consideró que fue «una injusticia que nos hayan encerrado».
Los 30 miembros de la tripulación del barco de Greenpeace Arctic Sunrise fueron arrestados a finales de septiembre tras una acción de protesta contra una plataforma petrolera en el Ártico para denunciar los riesgos de la explotación de hidrocarburos en esta zona.
Imputados en un primer momento por piratería, un crimen castigado con hasta 15 años de cárcel, los militantes finalmente fueron inculpados por vandalismo, un delito que se castiga con una pena de hasta siete años de cárcel.
Tras un período de detención en Murmansk (noroeste), los miembros de la tripulación fueron trasladados a San Petersburgo antes de ser amnistiados la semana pasada por una nueva ley del parlamento ruso con motivo del 20 aniversario de la Constitución.
Tras haber puesto fin oficialmente a las acciones judiciales contra los militantes de Greenpeace, Rusia comenzó el jueves a entregar los visados a aquéllos que no tienen la nacionalidad rusa.
Detenidos en alta mar por un comando de fuerzas rusas, los activistas no tenían visas de entrada al territorio ruso, lo que les impedía también salir del país.
La ONG todavía espera que los investigadores rusos devuelvan todos los equipos de los que se incautaron durante la operación así como el Arctic Sunrise, que se encuentra en el puerto de Murmansk.
La amnistía de la que se han beneficiado los militantes de Greenpeace es vista como un intento del Kremlin por mejorar la imagen de Rusia de cara a los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi, que se celebrarán en febrero de 2014.