El 9 de enero de 2013 arribó al puerto de Mar del Plata la Fragata Libertad luego de permanecer 77 días retenida ilegalmente en el lejano puerto de africano de Tema, en Ghana, por una acción judicial de fondos buitre, que intentaron embargar uno de los bienes más simbólicos del patrimonio argentino.
Un año se cumple mañana de esa jornada histórica en la que el Puerto de Mar del Plata mostró el sentir patriótico de toda la sociedad argentina, representada en cientos de miles de personas que esperaron su llegada en el muelle marplatense.
La Fragata Libertad había partido el 2 de junio para completar su viaje anual de instrucción que la llevaría a varios puertos, entre ellos el de Tema, en Ghana.
El buque llegó el 2 de octubre de 2012, pero enseguida quedó retenido por decisión de autoridades africanas que hicieron lugar a una demanda judicial de fondos buitre de Estados Unidos contra el Estado argentino.
La Cancillería actuó de inmediato, pero tras el fracaso de varias gestiones y con este panorama desalentador, el 14 de noviembre, la diplomacia argentina presentó una demanda ante el Tribunal Internacional de Derecho del Mar, y el 28 de noviembre, el canciller Héctor Timerman se reunió en Nueva York con el titular de la ONU, Ban Ki-moon.
El titular de la ONU coincidió con la posición argentina y sostuvo que la Fragata era «un buque de guerra» y por lo tanto gozaba de «inmunidad» y «no podía ser embargado».
Pero el éxito de la gestión llegó el 15 de diciembre de 2012 con la decisión unánime del Tribunal Internacional de declarar por unanimidad la «inmunidad» de la Fragata por ser un buque de guerra de la Armada Argentina.
Los fondos buitre habían fracasado en su aventura de embargar un símbolo patrio de la Argentina, en complicidad con la Justicia de Nueva York y de Ghana para cobrar papeles de la deuda argentina en condiciones más beneficiosas que las del resto de los tenedores de esos bonos.
Con esta decisión, Argentina logró desarmar el plan del grupo inversor NML Capital, que pertenece a los llamados fondos buitre que buscan beneficios a partir de la especulación financiera.
Argentina basó su reclamo en el artículo 32 de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, que establece «la inmunidad de los buques de guerra».
A pesar de que Argentina no había solicitado al Tribunal un plazo para la liberación del buque, la máxima instancia judicial internacional le impuso a Ghana un ultimatum: el 22 de diciembre debería «liberar inmediatamente y sin condiciones» a la Fragata.
La resolución se cumplió y el 19 de diciembre de 2012, la Fragata zarpó desde el puerto de Tema hacia aguas argentinas.
Así, el 9 de enero, la Fragata Libertad llegó al puerto de Mar del Plata, y su entrada estuvo acompañada del sonar de las sirenas de los barcos allí anclados, y aviones que sobrevolaron el cielo para celebrar su llegada.
En la escollera, unas 200 mil personas esperaban la embarcación en el marco de un festejo que encabezó la propia presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Recién seis meses después de su arribo al puerto atlántico, el 20 de junio de 2013, el máximo tribunal de Ghana puso punto final al juicio por la retención de la nave argentina, obligando al fondo NML Capital a pagar una multa de 8 millones de dólares a la administración del puerto de Tema, en concepto de gastos por haber mantenido secuestrada a la Fragata Libertad durante 77 días.
Pero el acuerdo que puso un final definitivo al litigio entre Argentina y Ghana llegó unos meses más tarde.
El 27 de septiembre de 2013, la encargada de asuntos judiciales de la Cancillería argentina, embajadora Susana Ruiz Cerutti, y Marietta Brew Appiah-Opong, ministra de Justicia y Procuradora General de Ghana, firmaron el acuerdo en el Palacio de la Paz, sede de la Corte Permanente de Arbitraje, en La Haya.
Mientras esto ocurría en La Haya, en Nueva York, los cancilleres de Argentina, y de Ghana, Hanna Serwaa Tetthe, proclamaban el acuerdo en el marco de la 68 Asamblea General de las Naciones Unidas, y relanzaban su relación bilateral acordando presentar su «experiencia de solución pacífica» en la próxima cumbre de Jefes de Estado de los países de África-América del Sur.
La Fragata Libertad, construida en el Astillero Río Santiago entre 1953 y 1956 y asignada a la Armada el 28 de mayo de 1963, había partido el 2 de junio de 2012 desde Argentina en uno de sus viajes anuales de instrucción.