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El terremoto que cambió la historia

El 15 de enero de 1944 se produjo en San Juan la mayor catástrofe de la historia argentina con la destrucción del 80 por ciento de la capital de esa provincia.

El 15 de enero de 1944 se produjo en San Juan la mayor catástrofe de la historia argentina con la destrucción del 80 por ciento de la capital de esa provincia, hecho que días después fue el causante de la relación entre Juan Domingo Perón y María Eva Duarte y del que el miércoles pasado se cumplieron 70 años.

Si bien la magnitud del terremoto fue apenas superior a otro ocurrido 50 años antes (9,0 grados contra 8,9) todo lo sucedido luego del mismo dio lugar a hechos trascendentes de diversa índole para la Argentina.

La enormidad del sismo sanjuanino, que provocó una mortandad estimada en alrededor de 8 mil personas, estuvo más ligada a los métodos de construcción que a la enorme violencia del sismo, según los estudios posteriores.

Fueron miles los huérfanos que dejó el terremoto, quienes más tarde en buena proporción fueron criados por familias de otras provincias, aunque nunca pudieron recuperar sus identidades por la destrucción de los documentos.

La economía provincial, basada en el monocultivo de la vid, sufrió graves consecuencias, pero la intervención de organismos provinciales y del Banco Hipotecario Nacional hicieron posible construir una nueva ciudad para 80 mil habitantes, sobre todo a partir de 1947, bajo la conducción del arquitecto José María Pastor y otra serie de profesionales contratados en diversos lugares del país.

Más allá de las consecuencias directas, el terremoto sanjuanino de 1944 generó otro tipo de efectos para el futuro argentino que aún tienen trascendencia, dado que, según sostiene el historiador alemán Mark Healey, no faltan razones para pensar que dicha catástrofe fue el punto de consolidación de Perón como líder popular.

Perón por aquel entonces estaba a cargo de la Secretaría de Trabajo y Previsión del gobierno del presidente Pedro Pablo Ramírez, quien poco más de un mes después fue desplazado por el también general Edelmiro Julián Farrell, con quien Perón mantuvo su cargo y además pasó a desempeñarse como ministro de Guerra y vicepresidente de la Nación.

A partir de las iniciativas de Perón se generó una gran movilización de solidaridad con el pueblo sanjuanino, no sólo a partir de los aportes estatales sino también de los recursos obtenidos en todo el país por gente de diversos sectores sociales.

Su liderazgo alcanzó gran notoriedad pública, destacada por medios de la época, amén de la ya alcanzada en los ámbitos laborales donde entre otras cosas ayudó a que, en poco tiempo, se quintuplicara la afiliación en los sindicatos.

Una semana después del terremoto, el 22 de enero, en el estadio Luna Park de la ciudad de Buenos Aires, Perón impulsó un acto multitudinario en solidaridad con las víctimas del terremoto y allí hubo un encuentro público con Evita, quien convocada por la Secretaría de Trabajo y Previsión había participado junto con otros artistas de la ayuda a los damnificados en San Juan.

El propio Perón reconoció tiempo después al periodista Tomás Eloy Martínez que Eva había sido “la más activa” dentro de ese grupo de artistas, y que de inmediato le llamó la atención.

Perón le contó a Martínez que llamó “a gran cantidad de artistas de cine, teatro y radio para que la hicieran en las calles de Buenos Aires. Eva vino con ellos. Los artistas, con su modalidad y mentalidad diferentes de las de todos los demás, prestaron su entusiasmo, pero sólo un grupo reducido quedó para organizar el trabajo. Y de ese grupo, la más activa fue esta chica, que me llamó de inmediato la atención. Eva se fue a San Juan por su cuenta, en uno de los aviones de médicos, y desde allí trajo la impresión de lo que pasaba y de cómo se podía ayudar mejor”.

Lo cierto es que desde ese acto comenzaron una relación que se hizo estable, a los pocos días ya vivían juntos, y un año y medio más tarde se casaron en Junín, cinco días después del histórico 17 de octubre, cuando los sectores populares rescataron a Perón de la prisión y lo convirtieron en su líder.