La dificultad que está teniendo el Banco Central para frenar la caída de reservas apuró en estas semanas al gobierno nacional a trabajar en el diseño de tres nuevas alternativas para atraer, al menos a la fuerza, algún flujo de dólares que atenúe el drenaje.
En los últimos días, la Ansés salió a tantear a algunas entidades del exterior para acordar con ellas una posible venta de títulos de la serie Bonar 2018, que tiene en cartera desde fines de 2011, y que recibió tras una colocación del Tesoro Nacional. Según pudo confirmar el jueves pasado Ámbito Financiero de fuentes oficiales, se trata de una operación “repo” que consistirá en vender estos bonos a cambio de divisas frescas, con la promesa de recomprarlos en un plazo determinado y con un interés adicional.
Divisas se buscan
El primer objetivo: pasar la gorra por los mercados internacionales para recibir un buen ingreso de divisas, apuntalar el stock de reservas y dar así una señal de confianza en el mercado local. El segundo: establecer un rendimiento que sirva de referencia para futuras emisiones que ya tiene en mente el Poder Ejecutivo, si mejoran las condiciones, a lo largo de 2014.
La iniciativa, que empezó a circular con fuerza el miércoles luego de que la anticipara la agencia Bloomberg, fue criticada duramente por el banco Credit Suisse la semana pasada. “Nueva oferta potencial, ya sean vendidos directamente a los mercados internacionales o a través de las intervenciones de la Ansés en el mercado de contado con liqui local, es una de las razones por las que vemos más a la baja los activos argentinos en el corto plazo”, alertaron desde el banco de inversión que había intervenido en el megacanje de deuda.
Los mercados como norte
El segundo plan que desde hace tiempo se puso en marcha, y ya se conoce, es el de tomar medidas clave para reducir el riesgo argentino y salir a tomar deuda en los mercados internacionales.
El objetivo es colocar hasta fin de 2014 unos 5.000 millones de dólares en tres tramos. Pero esperar a que hayan mejorado las condiciones para hacerlo, una vez que el país empiece a avanzar sobre los temas clave que espera el mercado: los litigios que aún mantiene con el Club de París y los holdouts y en el Ciadi.
“Hoy no hay mercado para una colocación de Argentina. Y no se puede poner el carro adelante del caballo. Antes de hacer una emisión el país tiene que avanzar en ciertos pasos para poder acceder a financiamiento que sea sostenible. Nunca es una buena señal endeudarse a tasas altas. Pero en la medida en que avance con ciertos pasos, la Argentina va a lograr convalidar spreads más bajos para su deuda”, comentó al diario Ámbito Financiero el analista de Barclays Sebastián Vargas.
Cerealeras incumplidoras
El tercer plan es un poco más artesanal: forzar a las cerealeras a cumplir de una vez por todas con la liquidación de 1.500 millones de dólares que le habían prometido a mitad de diciembre al presidente del Banco Central, Juan Carlos Fábrega, a cambio de letras en pesos atadas a la devaluación (más un retorno del 3,65 por ciento anual). Las autoridades del organismo confían todavía en que, antes de fin de enero, debería sentirse la llegada de al menos 500 millones de dólares. Pero el ritmo que se percibe en cada jornada parece aún bastante menor. Ayer, por caso, la liquidación por este concepto llegó a sólo 16 millones de dólares.
Desde el 12 de diciembre, cuando se publicaron los detalles del acuerdo, los sojeros liquidaron apenas 375 millones de dólares en el marco de este compromiso. La insistencia oficial se hará sentir en los próximos días. Y apunta a recuperar, de una vez por todas, los dólares que, según ellos mismos confían, se anunciaron pero nunca llegaron.