No toda información es relevante y la inmediatez –tan actual con los medios electrónicos– no parece justificarse muchas veces. Sin embargo, no es el caso de la información ligada al clima, eje de controversias. En términos noticiosos enero tuvo a los rayos y centellas como violentos protagonistas de las crónicas periodísticas, con el trágico suceso de Villa Gesell (murieron cuatro jóvenes y hubo una veintena de heridos) como punto crítico. Los debates posteriores pusieron la atención sobre los pronósticos. ¿Es posible emitir alertas confiables en tiempo real? Desde Rosario, investigadores del Instituto de Física Rosario (Ifir), dependiente del Conicet y la UNR, ofrecen una solución que consiste en la utilización de sensores –uno de nubes y otro de rayos– en distintos puntos de la ciudad para procesar imágenes que ante la presencia cercana de una tormenta intensa pueda emitir un alerta en tiempo real. Así, las autoridades podrán acceder a esa información mediante una plataforma on line para tomar los recaudos necesarios. Los investigadores locales también evalúan la posibilidad de que los ciudadanos reciban esos avisos a través de computadoras y celulares.
Esta investigación se proyecta como relevante para el futuro si se tiene en cuenta que estudios a nivel nacional indican que en el norte de la Pampa Húmeda y del Litoral aumentó al menos en un 20 por ciento la cantidad de lluvia en promedio anual pero en menor cantidad de fenómenos, lo que hace que cada meteoro sea más intenso.
El Ciudadano dialogó con el doctor en física y responsable del proyecto, Rubén Piacentini, director del área de Física de la Atmosfera, Radiación Solar y Astropartículas del instituto rosarino.
Los investigadores del Ifir detectan la radiación solar ultravioleta durante todo el año y, en particular, durante tormentas intensas desde el Observatorio Astronómico. Lo hacen a través de un medidor de radiación solar con filtro que simula la piel llamado biómetro, que permite determinar el riesgo de exposición al sol. Cuando el fenómeno se perfila intenso, la cantidad de radiación solar que deja pasar la nube es atenuada. “Hemos registrado días en los que en la zona del observatorio (parque Urquiza) se ha prendido el alumbrado público en pleno día. El detector correspondiente que activa o desactiva la iluminación, por la densidad de la nube, interpretó que era de noche. Fue previo a una tormenta intensa”, recordó Piacentini. A partir de allí, el grupo de trabajo del instituto se dedicó a estudiar la aplicación de dos detectores: uno de nubes y otro de rayos. El primero de los estudios fue en el marco de una tesis de la doctora Graciela Salum.
Un modelo de prevención similar se utiliza en países donde los huracanes son frecuentes. Con uno, dos y más días de antelación se puede prever la llegada y recorrido de los cinematográficos fenómenos de viento, cuya formación y evolución en el tiempo es mucho más lenta que las tormentas que se producen en nuestra zona. Piacentini indicó que el sistema propuesto sería un complemento de los datos registrados por los radares del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta) y del Servicio Meteorológico Nacional (SMN). Ambos servicios realizan actualizaciones no inmediatas. “Un sistema de recepción directa y en tiempo real es necesario cuando ocurren estas tormentas ya que las páginas web de los servicios muchas veces, por la demanda, se saturan. Cuanto antes se pueda disponer de la información, más tiempo habrá para prevenir accidentes”, explicó el físico.
El proyecto de Piacentini, que conjuga información terrestre y datos satelitales, podría incluir relevar y pronosticar, siempre en tiempo real, otros eventos climáticos extremos como granizo y lluvia intensa que pueden causar inundaciones y fuertes vientos. Como fue en noviembre de 2007 con la granizada que afectó a la ciudad. “La información de radar sobre ese caso indicaba muy bien que 30 minutos antes avanzaba hacia Rosario una nube importante de granizo. Se podría haber prevenido con un alerta rápida”, recordó Piacentini.
Necesidad
“Hay unos cuatro millones de trabajadores al aire libre en Argentina. No sólo se trata del esparcimiento”, apuntó el físico, y agregó: “He escuchado que los guardavidas tienen problemas para convencer a la gente, de cara a un frente de tormenta, que se retire de la playa. Esta información en un celular, con imagen incluida, podría darle aún más autoridad al pedido”.
Para Piacentini es casi imposible que todo el territorio esté protegido por pararrayos. “Lo que se puede hacer, además de instalar pararrayos en lugares estratégicos de mucha concurrencia de personas, es informar a tiempo de las señales que da la naturaleza”, opinó al respecto.
Fuentes de la secretaría de Planeamiento del municipio indicaron que en la actualidad existe una normativa nacional ligada a los parámetros del Instituto Argentino de Normalización y Certificación (Iram). En particular, la obligatoriedad de contar con pararrayos. Y más en aquellos lugares donde funcionan equipos ligados a la comunicación: radio, televisión, por ejemplo.
Equipos
Los equipos de medición para avisar sobre fenómenos climáticos son estándares en Estados Unidos. El sensor de rayos no es más grande que una caja de zapatos y se basa en el mismo principio de la interferencia que produce una descarga eléctrica atmosférica, cuando se escucha radio AM en un automóvil, en días de tormentas intensas. Posee una antena captora de la señal emitida por el rayo –tanto cercano como ubicado a decenas o centenares de kilómetros de distancia–, un sistema electrónico y una pantalla en la cual se observan los puntos donde se producen estos eventos atmosféricos. Establece señales de peligro de distinto nivel, a medida que detecta que la tormenta eléctrica se va aproximando a la zona y puede emitir una señal de alarma.
El detector de nubes está integrado por una cámara fotográfica que, si tiene el lente comúnmente conocido como ojo de pez, se apunta hacia el cielo. O también puede orientarse hacia abajo, donde está ubicada una superficie curva convexa sobre la que se refleja todo el cielo. El mismo devuelve una visión de 360 grados del cielo desde el horizonte hasta el cenit. Un pequeño procesador y una pantalla muestran la actividad de las nubes en el territorio y transmite en tiempo real las imágenes a las estaciones meteorológicas.
El costo de un sensor de rayos o nubes puede ir desde unos dos a 10 mil o más dólares dependiendo del nivel de precisión. Existe la posibilidad de adquirirlos en el exterior o en el país.
Cómo cuidarse
Sobre el fatal suceso de Villa Gesell, Piacentini explicó que los jóvenes afectados por el rayo cometieron el error de buscar refugio debajo de una carpa con estructura metálica abierta y que si se hubiesen guarecido en un auto con las puertas cerradas hubieran estado más protegidos. Entre otras recomendaciones para la población, el físico recordó que ante un fenómeno eléctrico, lo mejor es permanecer dentro de una vivienda sin tocar electrodomésticos o equipos electrónicos y ni siquiera el teléfono fijo, por la conexión de los cables con el exterior; no así el celular que no emplea cables para recibir o emitir una llamada.