Estados Unidos y Rusia llegaron finalmente ayer a un acuerdo de reducción de sus arsenales nucleares mediante una comunicación telefónica entre el presidente estadounidense, Barack Hussein Obama, y su par ruso, Dimitri Medvedev, quienes rubricarán el tratado el 8 de abril. El documento que firmarán Obama y Medvedev en Praga establece un límite de 1.550 cabezas nucleares (hoy es de 2.200, es decir el 30 por ciento) para cada uno de los países y de 800 misiles y bombarderos para trasladar esas cabezas, informó la Casa Blanca .
Por su parte, la portavoz del Kremlin, Natalia Timakova, afirmó que el texto refleja el equilibrio de intereses entre los dos países. A su vez, el gobierno norteamericano sostuvo que el acuerdo “avanza en la seguridad de ambos países y reafirma el liderazgo estadounidense y ruso en nombre de la seguridad nuclear y la no proliferación global”.
Este nuevo tratado viene a continuar el Start I firmado en 1991 entre Estados Unidos y la desaparecida Unión Soviética, el cual expiró en diciembre pasado.
Según el presidente estadounidense, se trata del “más amplio acuerdo de control de armas de las últimas dos décadas”.
“Al respaldar nuestros compromisos bajo el Tratado de No Proliferación, fortalecemos nuestros esfuerzos globales para detener la propagación de estas armas y asegurar que otros países cumplan con sus responsabilidades”, agregó Obama. De esta forma, se cumple uno de los objetivos fijados durante la campaña presidencial del mandatario estadounidense, quien pregonaba un nuevo acuerdo de desarme con Rusia.
La Casa Blanca y el Kremlin se enfrentaron durante los tres últimos años debido a la insistencia estadounidense de instalar un escudo antimisiles en Europa del Este.
Entre los principales puntos del nuevo tratado ruso-estadounidense de desarme nuclear y anunciado ayer por la Casa Blanca se destaca la reducción de 74 por ciento de las ojivas nucleares permitidas por el tratado Strat I de 1993, que expiró en diciembre pasado. Ambos países llevarán sus respectivos arsenales a un máximo de 1.550 ojivas cada uno, un recorte de 30 por ciento con respecto al límite establecido por el tratado de Moscú alcanzado en 2002. Se establece un límite máximo de 800 vectores capaces de transportarlas (misiles intercontinentales, en submarinos y en bombarderos), desplegados o no. Sobre los escudos antimisiles Washington asegura que el texto no impone ninguna restricción a los ensayos, desarrollo o despliegue de sus sistemas de defensa antimisiles balísticos, en curso o programados. Tampoco obstaculiza los proyectos estadounidenses en materia de disparos convencionales de misiles de largo alcance. El nuevo tratado retoma elementos del Strat I y los adapta a los nuevos máximos. La duración del acuerdo es de diez años a partir de su entrada en vigor y podrá ser renovado por un máximo de cinco años.