Un muchacho de 23 años fue asesinado anteanoche por un motociclista que le disparó al menos en seis oportunidades segundos después que el joven lo despojara de su rodado, a punta de pistola, cuando detuvo la marcha en el semáforo de Santa Fe y bulevar Avellaneda. Según el relato de un vecino de barrio Echesortu, el tirador, que en ningún momento se sacó el casco, entregó la moto al presunto ladrón, pero apenas éste le dio marcha y quedó de espaldas, sacó un arma de entre sus ropas y lo acribilló. Luego, recuperó su Honda Tornado negra y se dio a la fuga. Una vez que al lugar llegaran policías y fiscales, se detuvo a un menor de 16 años que miraba la escena junto con varios vecinos, porque alguien lo señaló como cómplice del joven ultimado. Más tarde declaró y recuperó la libertad.
La escena ocurrió pasadas las 21 de anteayer en la esquina de Santa Fe y bulevar Avellaneda cuando las luces del semáforo hicieron detener la marcha de los automóviles. Entre ellos frenó un motociclista que conducía una Tornado color negra, y a su lado hicieron lo mismo dos jóvenes a bordo de otra moto.
Fuentes de la pesquisa dijeron que un testigo relató que el joven que viajaba de acompañante en el segundo rodado apuntó con un arma al dueño de la Tornado, que sin sacarse el casco se bajó de la moto con las manos en alto y se la entregó.
Cuando el supuesto ladrón se montó en el rodado y le dio la espalda (con la intención de marcharse), el hombre del casco desenfundó un arma y lo acribilló por la espalda. Luego corrió el cuerpo, se subió a la moto y se fugó.
La víctima fue identificada como Darío Antonio Villegas, de 23 años. Tenía seis orificios de bala (en la espalda, el cráneo y una pierna) y a su lado fue secuestrado un revólver calibre 22 con 9 cartuchos y otro en la recámara, dijo un vocero.
Momentos después, al lugar arribaron efectivos policiales y tres fiscales que vallaron la zona, que a esa altura se había llenado de curiosos vecinos. Uno de ellos relató la escena como un robo mientras que otro señaló ante las autoridades a un pibe que tenía gorrita blanca y también miraba la escena, como cómplice del supuesto intento de robo, y fue detenido.
En su declaración el chico reconoció que conocía a la víctima del barrio, e incluso que solían salir a robar juntos, pero que durante ese día no se habían visto, dijo una fuente. Y aclaró que escuchó en el barrio lo que había ocurrido y por eso se acercó a mirar. El pibe llegó a bordo de una Motomel de 200 centímetros cúbicos tipo Enduro verde y negra, que no coincidía con la que se utilizó en el hecho, dijo un vocero, aunque el rodado quedó secuestrado en la comisaría 7ª, con jurisdicción en la zona.
Una fuente del caso dijo que entre las primeras tareas investigativas se recopilaron registros fílmicos de zonas cercanas a la escena del crimen, ya que no fue captado por ninguna cámara. Lo que se alcanza a ver en las imágenes son los dos rodados que intervienen en el hecho y a sus ocupantes, con excepción del rostro del autor del homicidio, que siempre tuvo el casco puesto, sostuvo un portavoz.