Joaquín “El Chapo” Guzmán, el mayor capo narcotraficante de México, capturado anteayer, no podrá ser extraditado inmediatamente a Estados Unidos porque debe terminar de cumplir una condena a 20 años de cárcel, de la que fugó cuando sólo llevaba siete años, coincidieron ayer juristas mexicanos y fuentes oficiales estadounidenses.
Aunque no se le aplique sanción adicional por haber escapado de la prisión en enero de 2001, la legislación mexicana lo obliga a terminar de cumplir la sentencia interrumpida, indicaron especialistas en derecho citados por la agencia noticiosa ANSA.
Anteayer, tras conocerse el arresto, autoridades federales de Estados Unidos expresaron su deseo de que Guzmán fuera extraditado próximamente a ese país, donde es requerido por tribunales de los estados California e Illinois. Sin embargo, fuentes de Washington citadas ayer por la prensa mexicana también descartaron esa posibilidad.
En Illinois, Chicago lo considera “el enemigo público número uno” por ser el cartel de Sinaloa, que dirige Guzmán, el principal abastecedor de las drogas que se venden en la ciudad o se distribuyen desde allí al resto de Estados Unidos.
Guzmán fue llevado anteayer a El Altiplano, la principal cárcel de alta seguridad de México, en las afueras del distrito federal, donde deberá cumplir los 12 años y medio de prisión que le impuso la Justicia en junio de 1993, por asociación ilícita y delitos contra la salud.
Mientras tanto, deberá enfrentar otros cargos y eventuales nuevas sentencias por los delitos que presuntamente cometió durante los 13 años que llevaba prófugo.
Por otra parte, fuentes policiales señalaron que “El Chapo” pudo ser localizado en el lugar donde se escondía, en Mazatlán, porque utilizó un teléfono satelital para pedir ayuda para escapar a uno de sus subalternos. La primera llamada que permitió ubicarlo la hizo desde un túnel en el que se escondía en Culiacán –la capital de Sinaloa–, donde las autoridades estuvieron cerca de capturarlo el 13 y el 17 de este mes.
La primera reacción de “El Chapo” una vez capturado fue de incredulidad. “Todo el tiempo estuvo desencajado, no podía creer que hubiéramos llegado hasta él”, dijo un funcionario que participó de la operación.