Una mujer de 55 años condenada a prisión perpetua por el homicidio calificado de su marido, ocurrido hace poco más de 3 años en Pujato, fue absuelta por el beneficio de la duda por la sala III de la Cámara Penal que revisó la decisión. Con marcado acento en las falencias de la investigación policial llevada a cabo por personal de la Unidad Regional IV y la inexistencia de pruebas directas, los camaristas sostuvieron que si bien existen indicios que generan sospechas sobre la acusada, los mismos no generan un grado de certeza suficiente para una condena. Por lo que revocaron la sentencia. Asimismo el fallo de Cámara dispuso que se notifique a los jefes de Policía del departamento Caseros y a la Corte Suprema de Justicia para que arbitren las medidas necesarias para capacitar al personal.
En la madrugada del sábado 19 de febrero de 2011, Omar Dupuy fue hallado muerto a golpes por un objeto cortante en su casa de la localidad de Pujato. El hombre fue atacado mientras dormía en su dormitorio, aparentemente con una azada que posteriormente fue hallada en un galpón en el patio de la casa. Por el hecho fue acusada su mujer, Susana Gualdesi, quien en apariencia fue la última persona que lo vio con vida y quien lo encontró pasadas las 4 de ese día, cuando retornó a su casa luego de jugar cartas con amigas a 10 cuadras de su vivienda.
La mujer, que cuenta con una discapacidad motriz, fue sometida en septiembre pasado a un juicio oral cuando el tribunal integrado por los jueces Ismael Manfrín, en la presidencia, Luis María Caterina e Ignacio Vacca condenó a la acusada a la pena de prisión perpetua por el delito de homicidio calificado por el vínculo.
La defensa de Gualdesi, a cargo de Rafael Tamous y Jorge Cataudella, apeló la sentencia cuya revisión cayó en manos de la sala III integrada por los camaristas Georgina Depetris, Rubén Jukic y Otto Crippa García, quienes por unanimidad revocaron el fallo por el beneficio de la duda además de poner en conocimiento a los jefes de la Unidad Regional IV y la Corte Suprema de Justicia las graves falencias en la investigación policial y los problemas invocados por los médicos que intervinieron en las medidas realizadas sobre el cuerpo de la víctima a los fines de que capaciten al personal.
El fallo de Cámara sostiene que existe una serie de indicios que sustentan una fuerte sospecha sobre la acusada aunque luego del análisis de las audiencias del juicio oral en primera instancia no puede aseverarse que los mismos permitan efectuar un juicio condenatorio. La decisión sostiene que no hay prueba directa que determine quién fue el autor de tamaño crimen; sólo se encuentra acreditado que Dupuy murió violentamente al recibir los golpes que el homicida le propinó con una azada y a partir de allí surgen una serie de omisiones, inconsistencias y contradicciones que impiden alcanzar una convicción de certeza.
No se determinó la hora de la muerte, durante la investigación se fijó las 23.30 como el momento del fallecimiento, horario en que la mujer dejó su casa para ir de una amiga a jugar cartas. Para determinar dicho horario no se tuvo en cuenta la temperatura visceral, elemento que los expertos consideran importante, según el fallo, además de las livideces y rigideces.
Los camaristas sostuvieron que durante el juicio surgieron una serie de inconsistencias del personal médico que intervino en las medidas que se realizaron sobre el cuerpo, a lo que se sumó la mala actuación policial, que adolece de una adecuada educación de principios de criminalística y que no preservó adecuadamente la escena del crimen, refiere el fallo
Otro dato que resaltaron los jueces es que no se conoció quién lavó el arma homicida, a qué hora o quién accedió a ella, no se determinó la mecánica del hecho, ni el móvil. No brindó una explicación en la falta de manchas de sangre en la ropa de la acusada, que según testimonios tenía de la tarde anterior, y consideraron que la actitud del hijo que según algunos dichos acusó a la madre por el crimen “no ha considerado la conmoción generada en todos los intervinientes ante el descubrimiento de la muerte de Dupuy, exigiendo explicaciones que tal vez quienes resultaren más afectados no puedan dar”, sostiene el fallo revisado.
La sentencia indica además que es evidente que el Tribunal de primera instancia efectuó una valoración posible, aunque no la única; a modo de ejemplo sostiene el documento que el hijo de la víctima tenía el pantalón aparentemente manchado con sangre y la mujer un raspón en el brazo, y al joven no se lo investigó como tampoco ninguna otra hipótesis, por lo cual resolvieron la absolución por el beneficio de la duda.
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