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Un mate con aires del Mediterráneo

El mate ya pasó los límites de Sudamérica. La migración contemporánea hacia Norteamérica y Europa ha llevado la infusión hacia diferentes países, cuyos habitantes no lo hubieran probado nunca de otra manera. Pero lo que muy pocos saben es que, desde hace más de un siglo, el mate se convirtió en una tradición local en Líbano y Siria. Se trata de un preparado exactamente igual, al que llaman “yer-bah mah-tay”.

El mate ya pasó los límites de Sudamérica. La migración contemporánea hacia Norteamérica y Europa ha llevado la infusión hacia diferentes países, cuyos habitantes no lo hubieran probado nunca de otra manera. Pero lo que muy pocos saben es que, desde hace más de un siglo, el mate se convirtió en una tradición local en Líbano y Siria. Se trata de un preparado exactamente igual, al que llaman “yer-bah mah-tay”.

La bebida es especialmente popular entre los practicantes de la fe de los drusos, cuya doctrina es casi secreta, dispersos en toda la región del Levante, en el Mediterráneo oriental, sobre todo en los países mencionados.

“Es originaria de Argentina y se nos dice que llegó aquí hace cientos de años, traída por inmigrantes libaneses que regresaban desde allí”, dice Samah Halawi, un jeque druso.

Halawi luce turbante de punto blanco, bigotes gruesos, y los pantalones plisados sherwal (de algodón) sueltos, que son el atuendo tradicional de la clase religiosa en la comunidad drusa. Para él, la calabaza, la yerba mate y la bombilla de plata (bahm-bee-Zha), para beber la infusión, son tan tradicionales como su vestimenta.

“El mate es algo muy tradicional aquí, algo con lo que hemos crecido, y hemos aprendido a beberlo en nuestra familia. Es una bebida social. Con los muchachos nos reunimos para beberla juntos, en grupo”, explicó.

Argentina domina las exportaciones de yerba mate, proveniente de las hojas de un árbol llamado Ilex paraguariensis, a Líbano y Siria.

En 2012, Argentina exportó casi 1.500 toneladas de yerba sólo a Líbano, por lo que es el tercer mayor mercado para el país sudamericano.

Siria, con una población cinco veces mayor que la de Líbano, es el mayor comprador de la yerba argentina, de la que importó más de 24 mil toneladas en 2012.

La popularidad del mate no se ha visto en nada afectada por el conflicto que vive actualmente el país e inclusive cruza las líneas de combate. Tanto miembros de las tropas del régimen como los combatientes rebeldes beben habitualmente la infusión.

Noches de mate

Wisam Hamdan, quien creció bebiendo mate en su pueblo, decidió llevar la bebida a un público más amplio, por eso en 2005 abrió un restaurante en el pintoresco pueblo de montaña de Aley, cerca de Beirut, al que bautizó The Mate Factory.

“Un gran porcentaje de nuestros clientes son personas que quieren probarlo, porque es algo popular sólo en ciertas regiones en Líbano”, dijo a la AFP.

Hamdam importa unas cinco toneladas de yerba al año desde Argentina, y mezclando sus hojas preferidas propone a sus clientes una “versión clásica” u otras innovadoras, como el mate con gusto a durazno o limón.

Por algo menos de 7 dólares, sus clientes reciben una bandeja con todo lo necesario: el mate con su yerba, bombilla, agua caliente y bocadillos para acompañarlo.

Hamdan afirma que la fórmula ha sido todo un éxito y que los fines de semana también ofrece noches de mate-karaoke, durante las que sirve cócteles en los que mezcla la infusión con bebidas alcohólicas.

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