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Invitan a debatir para que se declare “ilegal” a la pobreza

La Cátedra del Agua convocó a discutir un documento que se espera que la ONU proyecte a todo el mundo.


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La Cátedra Libre del Agua, que se dicta en la Facultad de Ciencias Políticas de la UNR, convocó a una audiencia pública con el fin de comenzar una acción mundial para que la ONU declare ilegal a la pobreza. La actividad se realizará el viernes a las 18 en el Rectorado de la Universidad Nacional de Rosario (Italia y Córdoba), cuenta con el apoyo del conocido escritor y periodista Osvaldo Bayer y su objetivo es comenzar a trazar los primeros pasos para debatir la temática. La mesa abierta estará conformada por Ricardo Petrella, Aníbal Faccendini (titular de la cátedra), Eduardo Barcesat y el obispo Luis Infanti. Además, abrirán la jornada el rector Darío Maiorana y el decano de Ciencias Políticas, Franco Bartolacci.

“Una gran parte de la humanidad es victimizada por la carencia. El bien común es lesionado y por ende el ambiente en el que vivimos también. La indigencia de alimentos y de agua le quita vida a la Tierra”, reflexionó Aníbal Faccendini.

Rosario será así una de las instancias de debate y construcción de un documento que recorrerá el mundo y tiene como principal finalidad llegar a las Naciones Unidas y declarar a la pobreza –“no a los pobres”, aclara– ilegal.

Los números que maneja Faccendini son estremecedores: en el mundo, 1.500 millones de personas no acceden al agua potable, 2.600 millones de personas no tienen servicios sanitarios, hay 842 millones de personas desnutridas, 4 mil niños que mueren por día por no acceder a agua saludable, 1.200 millones de personas no pueden acceder a la electricidad y dos millones de personas adultas mueren por año por no acceder a agua saludable.

“Todo ello nos indica cómo la humanidad avanza retrocediendo: generando pobreza y dolor”, resaltó.

Para el catedrático, hay que “reconstruir la naturalización perversa de la pobreza” y para eso espera lograr que la ONU la declare “ilegal”, como alguna vez reconoció a los derechos humanos y entre ellos el acceso al agua como un derecho básico.

“Hay que ambientalizar el problema de la pobreza. Debemos ver que la escasez artificial de lo indispensable para el hombre es de lesa ambientalidad. Lo más llamativo es cómo se simplifica y se reduce el problema de la desposesión humana a los bienes para la vida, mostrándolo como un problema exclusivamente económico, social e infraestructural. Pero hay que reconocer que la pobreza es también un problema ambiental”, concluyó Faccendini.

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