Desde hace siete años, el Instituto Municipal de la Mujer (IMM) trabaja con adolescentes que han sido madres para que no dejen sus estudios, para que sepan cómo criar y cuidar a sus hijos y también para cuidarse en caso de que sean víctimas de una relación violenta. Con satifacción, el IMM presentó un informe en que revela que más del 70 por ciento de las 450 jóvenes con las que se trabajó el año pasado “no han vuelto a embarazarse y manifestaron su deseo de seguir sus estudios (cuatro de ellas comenzaron el cursado en la Universidad Nacional de Rosario) y transitar en adelante sus recorridos de vida con autoplanificación”, según indicó Andrea Travaini, directora del organismo.
La funcionaria también recordó que hasta el 30 de abril está abierta la inscripción en el programa para todas aquellas adolescentes embarazadas y madres que están escolarizadas o desean retomar sus estudios primarios o secundarios. Esta inscripción se realiza en la sede del IMM, Moreno 960, de 9 a 15, y para anotarse hay que presentar DNI, certificado de embarazo (si es el caso), certificado de alumna regular (si posee) y partida de nacimiento y DNI del/la bebe, en su caso.
Si la mujer es menor debe presentar también el DNI del adulto responsable.
Una vida con proyectos
Travaini remarcó que las jóvenes con las que trabajaron en 2013 no han reincidido en un embarazo no deseado porque “tratamos de que las chicas aprendan a cuidarse, que realicen su proyecto de vida. Por ejemplo, cuatro chicas pudieron terminar sus estudios secundarios y este año iniciaron los universitarios. Eso dice mucho: pueden disfrutar de su sexualidad pero cuidándose, tener una pareja y proyectar su vida”.
Cabe señalar que el Programa de Equidad Educativa ha sostenido en proyectos formales de los niveles primario y secundario a unas 450 jóvenes y adolescentes de entre 13 y 18 años durante 2013. Desde 2005, cuando comenzó el programa, se han asignado hasta la fecha unas 3.500 becas mensuales en total.
Dicho apoyo consiste en la asignación de una beca mensual equivalente a la Asignación Universal por Hijo (que se suma y no la sustituye, con lo cual la joven puede percibir ambos beneficios) y también el acompañamiento continuo de cada una de las inscriptas a través de talleres de fortalecimiento personal y colectivo –son grupales– que se realizan en cada Centro de Distrito municipal ofrecidos por equipos del IMM descentralizadamente a lo largo del año.
Si bien la mayoría de las jóvenes que participan del programa no se encuentra en pareja, las que sí lo están (entre un 20 y un 25 por ciento) se han manifestado de acuerdo en incluir a los varones que las acompañan (novios, parejas e incluso ex parejas que son padres de sus hijos) en algunos de los talleres del programa. De hecho, este año será la prueba piloto en la inclusión de los varones (sean o no el padre del bebé por nacer) “para que ellos también se comprometan a repensar las masculinidades, a respetar a la mujer, a conocer los derechos sexuales, la anticoncepción responsable, a compartir las actividades de crianza y cuidado del hogar y a sumarse al proyecto de pareja, de familia”.
“Será una prueba piloto, pero confiamos en tener muy buenas adhesiones de parte de los jóvenes. Para eso será fundamental la fortaleza de las chicas que han trabajado con nosotros: cuanto más claro tengan el derecho a ser respetados por el otro, respetarán su espacio”, advirtió la funcionaria.
Las dudas comunes
Travaini mencionó que con el acercamiento al programa de Equidad Educativa, las jóvenes “suelen preocuparse por cómo criar a sus hijos, saber si tienen fiebre o no y cómo curarlos, por nombrar algunas dudas sobre lo cotidiano. Eso en el caso de las primerizas, quienes también preguntan sobre cómo será el parto y dónde. Por eso organizamos recorridos a las maternidades Martin y del Roque Sáenz Peña para que conozcan al grupo de enfermeros y médicos, para que el día del parto ya sepan dónde estarán y quién las atenderá”.