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Los hospitales de las Fuerzas Armadas en tiempos de paz



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Por Antonio Capriotti

cienciadentro

El Ministerio de Defensa de la Nación y la Universidad Nacional de Rosario han firmado un convenio por el cual equipos técnicos de la Facultad de Medicina de Rosario prestan su asistencia a los hospitales militares.

Dos son hasta ahora las tareas prioritarias. La primera es hacer una evaluación de todos los hospitales administrados por las Fuerzas Armadas en el ámbito del Ministerio de Defensa; esta etapa corresponde a la evaluación y la confección de un plan de desarrollo de esos hospitales. Éste es un trabajo que hacen, conjuntamente, el Ministerio de Defensa con un equipo técnico de la Facultad de Medicina de Rosario.

Es necesario precisar que las Fuerzas Armadas cuentan con 15 hospitales con diferentes grados de complejidad distribuidos en once provincias.

Dentro de esos 15 hospitales, los hay de alta complejidad, como los tres efectores centrales asentados en Capital Federal. También los hay de mediana complejidad, distribuidos en el territorio nacional como el de Curuzú Cuatiá, cerca de la frontera con Brasil; el Hospital Naval de Ushuaia y el Hospital Militar “Río Gallegos”. Son hospitales surgidos de acuerdo a las diferentes hipótesis de conflictos por las que atravesó el país.

Es de destacar que se trata, en todos los casos, de hospitales públicos que integran la red de Hospitales Públicos Nacionales. “Estamos trabajando junto a equipos técnicos de la Facultad de Medicina de la UNR en un plan de evaluación y recategorización de los hospitales para poder trabajar en una gestión progresiva, y en Red, con los demás hospitales públicos”, sostiene el doctor Mario Perichón, coordinador de Salud de las Fuerzas Armadas en el Ministerio de Defensa, y agrega: “Ahora tenemos en claro qué hacer en cada uno de los hospitales para elevar su capacidad operativa, sin olvidarnos de que los hospitales militares tienen una función que es dar salud al personal militar. Sabemos de todos modos que más adelante deberemos resolver de qué manera podremos abrir esos hospitales tendiendo puentes con la sociedad civil para poder trabajar en forma comunitaria”.

También el Ministerio de Defensa ha rubricado un convenio con el Ministerio de Salud de la Nación. Se constituyeron comisiones interministeriales en las que se trabaja para coordinar y articular tareas de prevención que involucren a profesionales y personal paramédico de ambos ministerios. En estos momentos, la Dirección de Salud Bucal del Ministerio de Salud de la Nación reunió a odontólogos civiles y odontólogos militares para que asistan a las escuelas, abocándose a tareas de prevención y promoción de la salud bucal.

La segunda tarea sobre la que están avanzando el Ministerio de Defensa y la Facultad de Medicina de Rosario es llevar adelante un proyecto de telemedicina. “Lo hemos hecho en Haití al llevar un equipo de telemedicina donado por la Facultad de Medicina de Rosario al Ministerio de Defensa”, explica Perichón. “Ese equipo nos permite comunicarnos vía satélite para poder transmitir datos, trazados e imágenes –detalla–. En Rosario se recibe esa información y, en tiempo real, los médicos encargados del manejo de la Estación de Telemedicina Móvil, emiten una segunda opinión médica”.

—¿Es una tecnología compleja?

—El equipo de telemedicina es un transmisor de datos e imágenes médicos. Un procesador al que se le pueden adosar periféricos, como un microscopio u otros, con los que se hacen llegar datos imprescindibles para que quienes estén en un sitio conectados puedan leer los datos y emitir una opinión médica. En los días en que estuvimos de visita con el Ministro de Defensa en Haití, pudimos observar a un paciente internado en terapia intensiva conectado al sistema por medio del cual se emitían valores de datos médicos que eran recibidos en la central que está en la Facultad de Medicina de Rosario.

—¿Con ese tipo de equipos de telemedicina podrían trabajar en red todos los hospitales, incluidos los militares, que están en diferentes puntos del país?

—Ése es el objetivo de máxima. Tener un equipo en cada hospital, sobre todo los más lejanos, y que puedan disponer de hacer consultas en tiempo real con diferentes centros de referencia. De hecho, la Facultad de Medicina de Rosario forma parte de una red que trabaja junto a otros centros unidos por este sistema de telemedicina. A su vez, se pueden beneficiar las unidades militares que están en operaciones en zonas alejadas, en altamar, la Antártida, zonas de fronteras, y se las puede equipar para usar la conexión vía satélite y resolver casos difíciles, en tiempo real. El Ministerio de Defensa hoy tiene más hospitales que el Ministerio de Salud. Nuestro trabajo se resume en cómo vamos a trabajar en estas redes.

—¿Cuáles son los próximos pasos?

—Este trabajo de relevamiento nos ha permitido avanzar. Ahora sabemos qué hospitales tenemos; la pregunta que deberemos respondernos es qué queremos de ellos. Para lo cual, en la etapa siguiente, vamos a relevar las 300 Unidades Sanitarias que están distribuidas por el país en los batallones que tienen las Fuerzas Armadas. Hemos seleccionado 15 ciudades del país donde están las Unidades Sanitarias más grandes, de las tres fuerzas. En esos centros se realiza la atención primaria del personal militar antes de ser derivados, en los casos que lo requieran, a hospitales de mayor complejidad.

—¿Qué revelan los datos epidemiológicos que ustedes manejan?

—Le voy a dar un ejemplo, a poco de asumir mi cargo de Coordinador de Salud de las Fuerzas Armadas, fui al Hospital de la Fuerza Aérea, en Pompeya, y pedí las estadísticas de consultas; el 55 por ciento de las mismas eran realizadas por personas de más de 80 años. Esto marca el impacto que ya tienen las enfermedades crónicas no trasmisibles, en esos hospitales preparados para atender enfermos con procesos agudos. Nuestros hospitales no están preparados para atender a los pacientes crónicos siendo la cronicidad “la epidemia del siglo XXI”. Debemos cambiar estos perfiles. La expectativa de vida se ha alargado. Esas estructuras hospitalarias enormes no se adecuan a la medicina que debemos dar hoy.

—¿Cuál fue el motivo de su viaje a Haití con el Ministro de Defensa?

—Fuimos en febrero con el ministro de Defensa y una delegación del Ministerio. El Hospital Reubicable, que está en Puerto Príncipe, es parte de los hospitales de las Fuerzas Armadas Argentinas. Está en la República de Haití por un convenio con Naciones Unidas. Atiende a todo su personal civil o militar que está bajo el mandato de la misión humanitaria. Después del terremoto de 2010, fue el único hospital que quedo en pie.

—¿Cuál es la función de las Fuerzas Armadas Argentinas en Haití en el marco de este convenio con Naciones Unidas?

—La misión de las Fuerzas Armadas Argentinas en Haití es hacerse cargo del Hospital de Puerto Príncipe; y, además, está destacado un batallón en la ciudad de Gonaïves, que es la segunda ciudad de Haití, y que tiene a su cargo la seguridad de la ciudad. También, en esta ciudad funciona un hospital de baja complejidad; con consultorios y cuatro camas de internación, laboratorio, y un equipo de rayos.

Atracción por la biología

El doctor Mario Perichón traza un perfil de su trayectoria en el mundo de la Medicina y la actividad pública: “Estando en el secundario decidí que iba a ser médico ya que sentía una especial atracción por la biología. Egresé como médico de la UNR en 1981. Años después, junto a un grupo de personas, creamos el primer laboratorio de histocompatibilidad público. Y el laboratorio de genética forense. Ya que estuve vinculado y comprometido al tema de los trasplantes, por lo que trabajé durante muchos años en el Cudaio. Fui también interventor en el Pami, delegación Rosario, y luego secretario de Salud de Villa Gobernador Gálvez. En este momento soy el coordinador de Salud de las Fuerzas Armadas, en el ámbito del Ministerio de Defensa. Creo en una medicina cada vez más comprometida con la gente. Muy cercana a la gente”.

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