El Concejo Municipal aprobará hoy dos iniciativas que sus impulsores gestaron a partir de denuncias que vienen realizando los usuarios del transporte urbano de pasajeros y de la telefonía celular prepaga. Por un lado, se proyecta prohibir el cobro de cargo adicional para la compra o recargo de la Tarjeta Sin Contacto; pero a la par una idéntica medida se tomará para la carga virtual en celulares. La idea es que se impidan esas prácticas por ordenanza, cuestión que hasta ahora no existía, cuyo incumplimiento generará sanciones económicas a los locales que insistan con el “plus”.
Las iniciativas tuvieron despacho en la comisión de Gobierno del Palacio Vasallo el martes pasado y se descuenta que serán aprobadas hoy en el recinto, ya que tienen el apoyo de la mayoría de los bloques.
Poniendo límites
El proyecto que prohíbe el cobro de cargo adicional para la compra o recargo de saldo de la Tarjeta Sin Contacto fue presentado por la concejala María Fernanda Gigliani. La iniciativa insta al Ejecutivo “a que realice controles” para detectar qué locales habilitados para venta y recarga incurren en el cobro de un plus a los usuarios previendo multas en el caso de que la práctica continúe una vez puesta en vigencia la norma.
“Hemos recibido en el Concejo numerosas quejas de vecinos que aseguraron que en algunos comercios les han cobrados hasta 2 y 3 pesos por la recarga de tarjetas”, explicó la concejala del Partido del Progreso Social.
Para evitar que los locales cobren el plus, sus titulares deberán exhibir en un lugar visible un cartel de 30 por 60 centímetros con una leyenda que indique que la compra o recarga no está sujeta al cobro de suma de dinero extra.
El proyecto también prevé que los vecinos puedan realizar denuncias a la línea del Centro de Monitoreo de la ciudad, llamando de manera gratuita al 0-800-444-0308.
La redacción original establecía penas para los comerciantes reincidentes de clausuras de hasta 60 días, lo que fue modificado en el debate en comisión, y solamente estipula sanciones económicas.
La carga virtual
En tanto, el freno al cobro de dinero extra por recargas virtuales para teléfonos celulares fue consensuado entre el presidente del Concejo, Miguel Zamarini y Leonardo Gianzone, titular de la Dirección Provincial de Fomento y Promoción de Comercio y Servicios de la provincia, cartera que tiene autoridad para sancionar.
“La recarga virtual del celular no representa ningún costo para los comercios, por lo que de ninguna manera puede trasuntar en una erogación para los usuarios”, explicó el edil socialista. Con la sanción de la normativa que lo impida expresamente, el organismo provincial podrá multar a aquellos comercios que sean denunciados por la práctica o bien a los que se detecte que la cometan.
Según las autoridades, regular el cobro de plus es “trascendente” ya que en los planes prepagos o con tarjeta los usuarios suelen realizar no menos de 10 recargas virtuales en promedio mensual. Y actualmente no existe ningún convenio que ampare a los comercios a facturar un sobreprecio.
“Tanto este servicio como la carga de la tarjeta de colectivo no son obligatorios para los comercios, sino que ofician como polo de atracción para que los potenciales clientes puedan consumir o comprar otros productos”, recordó Zamarini.
Quiosqueros justificaron el extra: “Si no, entramos en pérdida”
En una recorrida por quioscos del centro de la ciudad, El Ciudadano recolectó testimonios de comerciantes que explicaron que este cargo adicional que se aplica tanto para la recarga de Tarjetas Sin Contacto (TSC) como de crédito para celulares responde a los costos impuestos por las empresas –la mayoría opera con una llamada ReVirtual– que se encargan específicamente de estas operaciones. En ese sentido, reconocieron que “no existe un trato directo con ninguna de las tres empresas” de telefonía con más presencia en el país (Movistar, Personal y Claro), por lo que prácticamente se ven “obligados” a ajustar estos precios para, según afirman, no entrar en pérdida.
La mayor parte de los comercios cobra un plus de dos pesos por recarga efectuada. De este total, un 50 por ciento va a la empresa encargada de gestionar las recargas mientras que lo restante queda para el quiosquero. Sin embargo, de acuerdo a lo explicado por los propios trabajadores, este canon se justifica por varios aspectos. “No trabajamos directamente con las empresas, sino con una que se encarga de traernos dinero para las recargas. Después pasan y controlan todo a través de los tickets que otorgan las máquinas”, explicó Florencia, quien trabaja en un local de Dorrego al 1000.
“Ellos (por la empresa) cobran este precio del servicio por la logística y los aparatos que se utilizan. De hecho, esta semana tuvimos que aumentar a 2 pesos, porque desde la empresa también nos incrementaron”, reveló Flavio, comerciante de San Juan e Italia, quien explicó además que en su otro local, ubicado en el macrocentro, aún no le comunicaron la decisión de subir los costos. “Las empresas se manejan por anillos”, explicó refiriéndose al modo en que éstas amplían su radio.
Sumado a ello, los comerciantes explicaron que ese peso que se quedan se utiliza para afrontar otros gastos indispensables para el funcionamiento de este servicio. “Tuve que contratar una conexión a internet y alquilar un aparatito”, relató Mary, propietaria de un quiosco de Mendoza al 1700. En coincidencia con ello, Virgina, de San Juan al 1800, aclaró: “Nuestra ganancia es mínima. Sacaré 10 pesos por cada mil que vendo”.
De todos los consultados el único que aseguró no cobrar ningún cargo extra, a pesar de operar con la misma empresa que el resto, es el que se desempeña en Italia al 900: “Si querés cargar 30 pesos, tenés que pagar eso. Este es un beneficio para el cliente pero lamentablemente si no lo tenés, la gente no entra”, consideró Gabriel.