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Hermann Broch, las letras de un testigo implacable de su tiempo

Detenido por los nazis y liberado por petición de James Joyce, desarrolló la mayor parte de su obra en el exilio.

Hermann Broch fue un novelista, autor de agudos ensayos, además de dramaturgo y filósofo. Los comentaristas de sus obras y su biógrafos destacan “su capacidad para imbricar en su obra las más diversas experiencias, colectivas o individuales, de su tiempo”, lo que lo constituye entre otras cosas en un implacable testigo de algunos de los más dramáticos acontecimientos del siglo XX como el nazismo y su secuela de horror y muertes.

Retazos biográficos

Hermann Broch nació el 1º de noviembre de 1886 en la ciudad de Viena, capital de Austria, en el seno de una familia de cultura judía de posición social desahogada y hasta el año 1904 realizó sus estudios en una escuela secundaria estatal de la capital austríaca. Años más tarde, se capacitó en diversas técnicas de la industria y manufactura textil y a partir de 1916 se incorporó al emprendimiento comercial de su padre, que dejó de lado en 1928. A partir de entonces, comenzó sus estudios de matemática, psicología y filosofía en la Universidad de Viena.

Éstos serán sus primeros pasos para su inicio como escritor y el desarrollo de su vasta obra literaria.

Periplo de letras

Broch es autor de la trilogía conocida como Los sonámbulos.

Conformada en los años 1930, al decir de los críticos la obra está concebida como un fresco histórico de la transición desde el período decimonónico al siglo XX. Las novelas que la conforman son Pasenow o el romanticismo, Esch o la anarquía y Huguenau o el realismo. En ellas, Broch exhibe con ironía y su extraordinaria complejidad estilística cómo las concepciones materialistas se imponen sobre los ideales del individualismo del siglo XIX.

Algunos comentaristas señalan que en 1934 Broch sería partícipe de la polémica suscitada por el filósofo Martin Heidegger. El tópico en discusión era respecto de la autenticidad del lenguaje y del habla para señalar que el problema en torno a ellos no estaba en la palabra en sí sino en el uso que los humanos hacemos de ella.

Aquél habría generado cierto desprecio por la palabra, un escepticismo alrededor de la comprensión entre los sujetos; de modo que se empezó a dar una gran importancia al mutismo, a pesar de que en el mundo hubiera toda una polifonía de voces, más bien caótica, donde se mezclaba una gran cantidad de opiniones dispares.

Entre los años 1934 y 1935, Broch comenzó la escritura de El tentador, la que concluiría recién en sus años de exilio.

La obra es una parábola acerca de la situación sociopolítica de Alemania y Austria.

Detención y exilio

Cuando Adolf Hitler decidió anexar el territorio austríaco, en 1938, Hermann Broch fue detenido por su origen judío y recién sería liberado por la intervención en su favor realizada por el célebre escritor irlandés James Joyce.

Tras esta desagradable peripecia padecida, Broch se exilió inicialmente en Inglaterra y Escocia, marchando luego hacia Estados Unidos de Norteamérica en el año 1940.

En 1945 se publicó La muerte de Virgilio, una ambiciosa novela en la que Broch, en una extraña mezcla de realidad y delirio, narra las últimas horas del poeta latino, a quien pone en diálogo con el emperador romano Octavio Augusto. El autor veía en esa descripción similitudes con la época de la que fue contemporáneo.

El libro contó con el apoyo de la Fundación Guggenheim y fue editado en alemán e inglés, pero en su libro Hombres sin tiempo Gunther Anders emitió algunos señalamientos muy cáusticos respecto a La muerte de Virgilio, marcando el predominio de cuestiones autoreferenciales del autor.

Cartas y reflexiones

La correspondencia de Hermann Broch representa uno de los documentos más importantes de mediados del pasado siglo XX.

Fueron numerosos y variados los interlocutores con los que intercambió ideas y puntos de vista.

En 1950 se publicó Los inocentes, un análisis de la Alemania previa al ascenso del nazismo, en el que Broch reunió dos décadas de reflexiones.

En sus años de exilio, Hermann Broch brindó apoyo a múltiples intelectuales perseguidos como Robert Musil.

Una profusa obra

En el año 1955, Hanah Arendt publicó en Zurich, Suiza, dos tomos de ensayos de Hermann Broch.

En 1974, la editorial Barral da a conocer Poesía e investigación, que contiene una importante indagación sobre la literatura en tiempos de Hugo Von Hofmannstal.

En la mitad de la vida, de 1953, contiene los poemas completos de Broch.

En 2003, la editorial Losada dio a luz La autobiografía psíquica, y Adriana Hidalgo editora publicó en el año 2007 Los hechizados.

De su inquietante libro El maleficio ha dicho George Steiner: “El maleficio, de Broch, es una de las novelas más importantes del siglo XX y quizás sea más significativa que el Doctor Faustus de Thomas Mann. En ambas se trata de develar las raíces del nazismo a través de la forma poética de la literatura”.

Hermann Broch murió el 30 de mayo de 1951, en New Haven, Estados Unidos.

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