La tercera audiencia donde se ventilan las apelaciones al dictado de prisión preventiva en la causa Monos pasó sin sobresaltos. Esta vez fue el turno de Ángel Villa, Miguel Ángel Vilches, y su madre, Susana Alegre. El cuarto imputado que debía comparecer era Carlos Fleitas, pero su defensa desistió del recurso ya que se encuentra prófugo. En general, las defensas cuestionaron el cumplimiento de los requisitos que requiere la imposición de la prisión preventiva –apariencia de responsabilidad, proporcionalidad en relación con una posible condena y peligrosidad procesal– e hicieron hincapié en el organigrama de la presunta banda.
Presidido por el juez Rubén Jukic, el debate de ayer inició con los argumentos de los defensores Germán Mahieu y Marcos Cella, a cargo de la defensa de Ángel Villa. Los letrados remarcaron la regla de la libertad durante un proceso y afirmaron que hace ocho meses que su defendido se encuentra detenido. Respecto de la pena en expectativa, sostuvieron que es de un mínimo de tres años, si es que hubiera condena efectiva. En este sentido resaltaron la falta de antecedentes del sospechoso y la suspensión del tratamiento de una adicción que fue interrumpido al momento de la detención. “Se impidió su vida en relación y su derecho a la salud”, refirió Cella, quien junto con su colega solicitó la revocatoria de la prisión preventiva y, subsidiariamente, un arresto domiciliario para Villa.
Al respecto, el fiscal Guillermo Camporini sostuvo que dentro de la organización Villa no tenía un rol menor sino más bien violento, y que fue detenido después de cinco meses. Refirió que hay escuchas de la que surge cierta sociedad con Leonardo Vilches, y Jorge Chamorro –imputados en la misma causa–. Además detalló que no objeta la posibilidad de que se revea una morigeración de la prisión y el sometimiento a un tratamiento médico, aunque ante la Cámara solicitó la confirmación de la prisión preventiva.
Luego fue el turno de Gonzalo López Ocariz, defensor de Miguel Ángel Vilches y de su madre, Susana Alegre, quien transita un arresto domiciliario con salidas laborales. Respecto de la mujer, el letrado sostuvo que la única prueba que hay en su contra son dos escuchas telefónicas en las que supuestamente su hijo habla sobre la transferencia de un auto a nombre de la mujer. Por su parte, Vilches quedó vinculado por cinco escuchas en las que no se menciona su nombre. Con estos argumentos el letrado solicitó la libertad de su defendido y, subsidiariamente, que se mantenga el arresto a la mujer y se otorgue al hijo el mismo beneficio, que le fue revocado hace un tiempo.
En este sentido, Camporini sostuvo que Vilches cumplía un rol importante dentro de la asociación ilícita y rechazó la posibilidad de un arresto domiciliario porque ya gozó de ese beneficio y lo perdió porque no estuvo en su casa cuando fueron a controlarlo. Respecto de su madre, el fiscal remarcó que hacía las veces de “prestanombre” y comulgó con la idea de que se mantenga la detención en su vivienda con salidas laborales.
Durante la jornada de ayer debía comparecer, además, Carlos Fleitas, pero su defensa terminó por desistir del recurso ya que se encuentra prófugo de la Justicia. Fleitas fue procesado junto con las otras 35 personas en el marco de la causa por asociación ilícita, fallo en el que se dispuso su inmediata captura y su prisión preventiva, ya que incumplió con la morigeración de prisión concedida por el tribunal. Fleitas fue uno de los cuatro integrantes de Los Monos juzgados y absueltos –bajo la acusación de asociación ilícita– por el crimen de Walter Cáceres, el hincha de Newell’s de 14 años asesinado en barrio Las Flores durante una emboscada a un colectivo con simpatizantes del club que volvía de Buenos Aires, el 19 de febrero de 2010. Su ex pareja fue quien lo acusó de connivencia con policías de la seccional 11ª para distribuir drogas y lo vinculó con este ataque. Precisamente Fleitas debe cumplir parte de una condena a cuatro años de cárcel por maltratos sobre esta mujer.