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Panorama Político

Tormentas en retirada; políticos en busca del destino

Santa Fe acaba de cumplir cien días con su nueva Justicia penal.


Santa Fe acaba de cumplir cien días con su nueva Justicia penal. La cúpula del Poder Judicial, el gobierno, legisladores y el Ministerio Público de la Acusación hicieron balances positivos. En esos ámbitos se estima que ese optimismo se contagiará en la gente cuando se desarrollen los primeros juicios orales y públicos por delitos ocurridos después del 10 de febrero, lo que podría ocurrir en pocas semanas más, según se estima entre los fiscales. El solo hecho de llegar a etapa de sentencia en 6 meses o menos es toda una hazaña para una provincia acostumbrada a expedientes de trámite larguísimo, incluidos aquellos que todos sabían desde el principio que terminarían en la nada por insuficiencia de pruebas, despilfarrando tiempo, espacio, personal y presupuesto.
Si bien hay algunos déficits de organización y funcionamiento, el único aspecto trascendente y de fuerte connotación política que resta resolver es la creación de la Policía Científica.
La Casa Gris objetó 42 de los 57 artículos de la ley que creó el denominado Organismo de Investigaciones. No reparó en que había sido sancionada por unanimidad, es decir que dejó pedaleando en el aire a propios y extraños. Y bien podría decirse, al menos en términos políticos, que se excedió al usar un “veto propositivo” que reescribió tres cuartas partes del texto aprobado.
La oposición, que en el enojo inicial se planteó tumbar el veto, sabe que esta semana, cuando venza el plazo, no habrá reunido los dos tercios necesarios de ambas cámaras para ese paso.
La ley entonces quedará en el limbo: la oposición no llega a rechazar el veto, pero el oficialismo no logrará la aprobación de sus proposiciones. En definitiva, todo vuelve a fojas cero.
Según lo que recogió este diario de uno y otro lado, hay atisbos de voluntad de uno y otro lado para congeniar un nuevo proyecto.
Cabe destacar que en esta discusión también juega su partido la Policía de Santa Fe, nada neutral cuando se trata de perder poder. Y en el caso del proyecto que votó la Legislatura áreas como las nucleadas en las Unidades Especiales dejaban de ser de “la” Policía para revistar bajo la organización y administración del Ministerio Público de la Acusación.

Del cortocircuito al polo positivo

Provincia y Nación retomaron las negociaciones para que la Empresa provincial de la Energía se sume al Programa de Convergencia de Tarifas Eléctricas. El título en bruto, para que se entienda, implica el evitar aumentos hasta fin de año a cambios de subsidios nacionales que permitan sostener el ritmo de inversión.
En el primer intento, el propio gobernador dijo que no se firmaría en las condiciones propuestas por Nación. Se objetaba pérdida de capacidad de decisión sobre la EPE y una banda de compensaciones con empresas de dos provincias muy diferentes. Las cosas entre provincia y Nación ya no son como eran: nadie lanzó latigazos verbales en los medios. Por el contrario, con el secretario de Transporte Alejandro Ramos como articulador, en ocasión de la visita del ministro Julio de Vido para inaugurar obras en la Usina Sorrento hubo una reunión que no trascendió con el ministro Rubén Galassi que permitieron replantear las negociaciones. A ese le sucedieron otros encuentros, ya de carácter técnico.

Endeudamiento

Esta semana se intensificarán en la Cámara de Diputados las negociaciones por la autorización de crédito público pedido por el Ejecutivo para construir acueductos y penitenciarías por 982 millones de pesos. Son proyectos cruciales, como el Acueducto del Gran Rosario, que viene a subsanar el abastecimiento deficiente y a veces nulo de agua potable a la zona oeste de la ciudad y localidades vecinas.
La pícara decisión de los senadores de autorizar por iniciativa propia otros 1.200 millones de pesos en obras e infraestructura social para sus departamentos levantó polvareda en la Cámara vecina, que se debate entre insistir con el proyecto original del Ejecutivo o doblarle la apuesta al Senado y agregar sus propias obras, ahora a criterio de cada diputado. Si bien hay voluntad política de avanzar, antes debe resolverse el choque de intereses, que ya tiene antecedentes, entre senadores y diputados.

Despechado

Eduardo Duhalde pareciera la novia despechada de Carlos Reutemann. Lo trató de egoísta y le sugirió jubilarse. Eso de que sólo piensa en él no es diferente a los que piensan propios y extraños en el PJ santafesino, pero de ahí a boquearlo gratuitamente en una radio de Rosario hay una distancia. El Lole lo mandó bien lejos. Duhalde reculó, pidió perdón casi sin chistar, muy propio de quien habló de comedido, de quien delira con ser el marionetista del PJ que junte a Scioli y Massa contra el kirchnerismo.
Duhalde es un actor que resta más que suma. Hacer aparecer a Scioli peleado con Reutemann no es una buena carta de presentación para el bonaerense en Santa Fe. Alguien, quizás desde La Plata mismo se lo hizo notar y por eso aclaró que no trabaja para la candidatura del gobernador de Buenos Aires.
Reutemann juega con Sergio Massa, mientras Daniel Scioli tiene en agenda venir personalmente el 4 de junio a la provincia. Quiere marcar presencia en el territorio antes de que el Mundial desinfle la política electoral.
A Scioli y a Massa les ocurre lo mismo en Santa Fe: más allá de referentes que estaban sueltos, no logran fidelizar sectores del justicialismo que le garanticen una plataforma sustentable de acción política.
El kirchnerismo espera, debate, le tienta la idea de una elección primaria multitudinaria que reúna todo el espectro justicialista en el que los que pierden acompañan al que gana.
María Eugenia Bielsa un día se muestra con Sergio Urribarri y al siguiente con Julián Domínguez, ambos vinculados a la Casa Rosada. Su gusto personal es ser candidata a gobernadora, pero afrontar una campaña en la provincia requiere decenas de millones de pesos y doble esfuerzo si, como en su caso, está distanciada de buena parte del PJ santafesino.
Distinto es el caso de Alejandro Ramos, que camina Santa Fe con el plafón de millonarios proyectos en obra de las carteras de Planificación Federal, Interior y Transporte. Omar Perotti todavía esconde sus cartas. Luis Rubeo se largó a visitar pueblo por pueblo, ciudad, por ciudad.
El PRO está a la expectativa: le encantaría ser al peronismo lo que el socialismo al radicalismo. Se habla de alianzas entre peronistas y macristas por cada localidad. El dilema es cómo cerrar arriba, a nivel provincial: en el peronismo están los que dicen que una alianza así es difícil de explicarle a la gente; otros lo imaginan a Del Sel (y a él no le disgusta) adentro de la primaria en competencia con todos los candidatos justicialistas.

A flote y con menos olas

En el Frente Progresista cada partido se ordena hacia adentro para la discusión con el resto. Mario Barletta en representación del sector mayoritario Unidad Progresista asumió como presidente de la UCR provincial, mientras Leonardo Raimundo, del MAR, lo hará al frente de la convención partidaria. El PDP entronó a Ana Copes, y el socialismo renovará su conducción provincial esta semana.
Miguel Lifschitz será reelegido presidente, pero por debajo de él tienen garantizado lugares los espacios que conducen Eduardo Di Pollina por un lado y Rubén Giustiniani por el otro.
En Rosario, después de sucesivas tormentas, el Frente Progresista alcanzó una línea de flotación armónica. Iniciativas como los encuentros que los martes lidera la intendenta Fein con los ocho concejales oficialistas al término de la reunión de gabinete; los encuentros rotativos en las sedes de los distintos partidos-miembro (ya se hicieron en la del PS, la UCR y el GEN) y la incorporación de aliados al gobierno de la ciudad aceitaron el funcionamiento de la coalición; a tal punto que hasta el retobado Jorge Boasso esta vez le puso un “aprobado” a Mónica Fein.

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