Gustavo Raggio comenzó ayer formalmente su etapa como entrenador de Newell’s. El DT fue presentado por el presidente Guillermo Lorente en una conferencia de prensa en la que expresó su agradecimiento, su alegría y su responsabilidad por ocupar el cargo.
“Soy un agradecido a Jorge Theiler y a su gente que me moldeó como entrenador. Soy un agradecido a los jugadores que son quienes me pusieron en este lugar. Yo ahora tengo que responder. Siempre soñé con esta chance, pero nunca perdí de vista que era un formador de jugadores y siempre antepuse sus carreras por delante de la mía”, dijo Raggio.
—¿Cómo viviste estos dos meses de búsqueda de entrenador con tantos nombres mencionados?
—Me mantuve totalmente ajeno porque en ningún momento me autopostulé y siempre pensé en dirigir a los chicos de la quinta división. El domingo tuve una charla y ahí me empezó a caer la ficha de la responsabilidad que iba a tener. Y me encuentra en un momento en el que estoy armado con entrenador. Hay gente que me acompañó en todo este proceso que también merecía tener la chance. Pude armar mi cuerpo técnico, estoy con gente de mi confianza y jugadores hay. Estoy feliz. Ha pasado mucho tiempo para que yo esté acá y he dedicado muchos años de mi vida a esto.
—¿Qué sentís en este momento?
—Aprendí en este camino que uno tiene que ser agradecido y por eso intenté no fallarle nunca a las personas que me hicieron entrenador. Y también es cierto que no hay entrenador sin jugadores. Hoy me toca estar acá y me siento un privilegiado de pertenecer a esta estructura futbolística. Ahora me tengo que hacer cargo.
—Fuiste jugador en la época de Marcelo Bielsa y dirigías en Newell’s cuando el Tata Martino estaba al mando del equipo. ¿Qué te dejó cada uno?
—Son las dos personas más importantes de la historia futbolística de Newell’s como técnicos, y yo aún tengo que demostrar lo que soy. Uno fue mi primer entrenador (por Bielsa) y sobre Gerardo (Martino) tengo una gran admiración personal. Ahora estoy sentado en el sillón que ocupó él. Tengo que demostrar y me siento capacitado para hacerlo.
—¿Cuáles son los objetivos?
—Tengo la tarea de que el equipo sea competitivo al máximo y de proyectar al primer equipo a los juveniles. Newell’s está destinado a ser protagonista, no vamos a entrar a mirar qué pasa. Me juego mi carrera. Y así lo tomo. Es completamente distinto dirigir en inferiores que en primera por las edades, por los jugadores que tendrá la suerte de entrenar. Tengo una idea de juego, adhiero a este sistema y tengo que lograr que los jugadores entren en su máxima expresión futbolística. Ese es el desafío que tengo.
—¿Cuál es tu filosofía futbolística?
—Newell’s tiene una idea madre y la voy a respetar. Estos jugadores tienen un patrón de juego. Pero tengo que ponerme a entrenar en un plan B. Con variantes, con entrenamientos, charlando con ellos, vamos a buscarle la vuelta para que en cada partido esté la mejor formación posible para defender esa idea que al equipo lo posicionó en un lugar de privilegio y de la que no se tiene apartar nunca. Yo no me voy a apartar. Igual, hay que hablar poco porque el equipo tiene que ser la cara del entrenador de turno.