Las cotidianas deficiencias en el servicio de la telefonía móvil motivaron la acción de especialistas rosarinos en diversas áreas, quienes a partir de la elaboración de distintos proyectos que, entre otras cosas, reclaman la instalación de más equipos de transmisión y la regulación estatal del servicio, apuntan a un mejoramiento de la prestación. En ese marco, Fernando Del Río, representante de una de las cuatro empresas que operan en el país, llegó a la ciudad para exponer su postura respecto a estas iniciativas, al tiempo que valoró la apertura del proceso licitatorio para la adquisición de frecuencias de tercera y cuarta generación, un aspecto clave para el mejoramiento del servicio.
“Para tener mejor calidad de servicio, más que mayor cobertura es importante tener en cuenta no sólo la cantidad de antenas sino también otros recursos que permiten que la comunicación sea buena. Rosario no tiene problemas de cobertura, lo que sucede es que a veces las llamadas se cortan o la velocidad de datos es muy lenta, y eso está más relacionado al espectro radioeléctrico”, reconoció el director comercial de mercado masivo de Claro, consultado por El Ciudadano a su paso por la ciudad.
Del Río celebró la oficialización de la inminente licitación de nuevos espacios de radiofrecuencia que, por otro lado, le puso punto final al ambicioso proyecto del gobierno nacional para la gestación de una compañía de telefonía móvil. El anuncio, publicado en el Boletín Oficial en el pasado mes de mayo, representa para el vocero de Claro una salida muy viable para mejorar el actual sistema, colapsado por las más de 59 millones de líneas vendidas, y comenzar a brindar un nuevo servicio que servirá como vía de circulación para los teléfonos inteligentes que transportan mayor caudal de datos. “El proceso iniciará cuando se liciten las frecuencias, que esperamos se haga a fin de año. Luego la demora será de entre dos y tres años, tiempo en el que se instalará gradualmente el servicio en distintas ciudades como se hizo con otras tecnologías. Con esto, el consumidor podrá percibir mucha más velocidad”, detalló.
La incorporación representará un descongestionamiento de sistema 3G, aunque ello recién podrá observarse “dentro de algunos años”. Es que, según explicó Del Río, “cuando los consumidores de mayor volumen de datos pasen a la nueva red habrá una mejora”, aunque ello no resolverá completamente el problema de calidad. “Se necesita más inversión en el actual servicio”, se sinceró.
En ediciones anteriores, este diario hizo hincapié sobre esta cuestión recolectando la opinión de especialistas técnicos, quienes coincidieron en la imperiosa necesidad de instalar mayor cantidad de antenas para mejorar el actual sistema 3G y poner en funcionamiento la nueva generación de comunicaciones que –aseguran– habilitará una navegación desde dispositivos móviles más veloces que las redes wifi. No obstante, las organizaciones ecologistas locales se pararon en la vereda de enfrente argumentando que las torres de transmisión no sólo poseen un impacto desde el punto de vista de la salud por el efecto nocivo de las ondas electromagnéticas, sino también por la contaminación visual que provocan.
Según afirma el representante de Claro, el salto de calidad, que se logra entre otras cosas a partir de la instalación de antenas en puntos estratégicos de la ciudad, puede verse truncado por la imposibilidad de encontrar lugares de emplazamiento, ya que muchas veces cuesta demasiado ponerse de acuerdo con consorcios de edificios. Por ello, contó que en algunos países comenzaron a colocarse más cantidad de artefactos, aunque de menor porte y por ende sin tanto impacto en la salud, en postes de luz o semáforos.