Una mujer argentina de 34 años, tetrapléjica, se encuentra varada en España, donde viajó a comienzos de año para ser sometida a una operación. «Quiero volver a mi país pero no puedo. Aerolíneas Argentinas no me quiere llevar», se lamenta María Laura Cisneros, a quien en enero le implantaron un marcapasos diafragmático en el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo.
La mujer recibió el alta médica el 15 junio pasado y puede viajar sin ningún riesgo –acompañada por un fisioterapeuta–, pero la compañía aérea no le ha facilitado un boleto, y su familia no cuenta con el dinero para pagarle un avión sanitario.
Según el diario El País, el reglamento europeo sobre los derechos de los discapacitados en el transporte aéreo establece que cuando «una compañía aérea, su agente o el operador turístico» se niegue a trasladar a una persona con movilidad reducida, la empresa deberá comunicar al afectado los motivos por escrito, en un plazo de cinco días hábiles desde la fecha de la solicitud. Cisneros afirma que solicitó el billete de avión «el mismo día que me dieron el alta médica», y hasta el momento no ha obtenido una respuesta.
José Luis Hirtz, gerente de relaciones internacionales y prensa de Aerolíneas Argentinas, afirmó por correo electrónico que «la compañía está realizando todos los trámites correspondientes y solicitando los certificados médicos para poder efectuar el traslado». Sin embargo, Claudia Gambarrutta, neumóloga del Hospital de Parapléjicos (quien operó a Cisneros), aseguró que envió varios informes a la aerolínea en los que ha especificado que la paciente puede viajar sin ningún problema, aunque acompañada por un fisioterapeuta.
El viaje debe hacerlo con un fisioterapeuta, que debe hacerse cargo del “apagado, encendido, cargado de pilas y colocación del tratamiento del marcapasos», comentó Claudia Gambarruta. Esta persona deberá llevar además los medicamentos de la paciente, así como un aspirador portátil y un balón autoinflable de asistencia respiratoria, según Lilia Leguizamón, madre de Cisneros. Otra condición es que ella y el fisioterapeuta viajen en primera clase.
«Si la doctora ha dicho que puedo viajar sin riesgo, no entiendo porque la aerolínea se niega», resaltó Cisneros, quien señaló además que para trasladarse a España tuvo también contratiempos.
A María Laura le detectaron en 2009 un tumor en la base del cerebro, lesión que la dejó casi inmovilizada y conectada a un respirador artificial, del que dependió hasta que le implantaron el marcapasos diafragmático.
Profesora de danzas folclóricas y de educación física en Córdoba, demandó en 2012 al Estado argentino para que le pagara el viaje y estancia en Toledo, ya que en Argentina no hacen este tipo de cirugía, y en su condición de funcionaria pública tenía ese derecho.
Debió esperar más de un año para que el Estado argentino depositara el dinero y así poder viajar a España, lo que hizo en noviembre pasado en un avión medicalizado. «Tengo miedo, me da un poco de dolor y tristeza pensar que todo va a volver a repetirse. No quiero pasar más de un año aquí», terminó diciendo.
Por su parte, su madre explicó que en la resolución del juicio contra el Estado se estableció que este asumiría todos los gastos de traslado y estancia de su hija, lo que incluía ida y vuelta de España a Argentina.