El cuerpo de Néstor José Smud, el comerciante de 69 que permanecía desaparecido desde el lunes 7 de este mes, fue hallado ayer pasado el mediodía, descuartizado, al costado de la autopista Rosario-Santa Fe en inmediaciones del kilómetro 7. Por el caso, un hombre de 54 años y conocido de la víctima quedó detenido desde el viernes último: está sospechado de ser el autor del brutal crimen y de hacer una llamada a su familia exigiendo la entrega de 20 mil pesos a cambio de su liberación. Desde la desaparición de la víctima, sus familiares y allegados habían promovida una intensa campaña de difusión por los medios de comunicación para dar con su paradero.
Smud fue visto por última vez el lunes 7 de este mes cuando salió de su vivienda céntrica, a las 17.30. De acuerdo con la investigación, algunos vecinos señalaron a los pesquisas que el hombre se alejó de su casa en dirección a calle Salta, dichos que fueron corroborados por las imágenes tomadas de las cámaras de seguridad públicas y privadas que existen en esa zona.
A las 19.30 de esa jornada, la esposa del comerciante estaba en el negocio de la familia y lo llamó como todos los días. Pero del otro lado de la línea, que pertenecía a Smud, la atendió otra voz. Era la de un hombre, quien le dijo que se quedara tranquila pero que juntara 20 mil pesos para que liberaran a su esposo, ya que –sostuvo el anónimo interlocutor– “se tomó el remís equivocado”.
En ese momento, la pareja del comerciante pensó que se trataba de un engaño debido a que, evaluó, podía ser que el hombre hubiera perdido el teléfono.
La preocupación comenzó no obstante a las 21 de ese mismo día. Fue cuando sonó el teléfono fijo de su vivienda y al atender la mujer escuchó la misma voz que en la anterior comunicación. La persona al otro lado del teléfono le dijo entonces que el martes 8 a las 20 se iba a volver a comunicar para concretar el intercambio de la plata por su marido, describieron los investigadores.
Secuestro y paradero
Alertados por la situación, los familiares de Smud fueron hasta la seccional 3ª y realizaron la denuncia. En ese marco, el fiscal de la Unidad de Investigaciones y Juicio, Guillermo Apanowicz, comenzó a trabajar con el personal de la sección de Seguridad Personal, a cargo de Mariel Arévalo.
En una primera instancia, la investigación estuvo enmarcada como un secuestro extorsivo. Por lo tanto, se montó un operativo que incluyó a personal de la Tropa de Operaciones Especiales, de la comisaría 3ª, de Seguridad Personal y al fiscal en la vivienda de la víctima, para esperar la llamada de los captores y así aplicar el protocolo que se utiliza en estos casos. Sin embargo, el martes 8 a las 20 –momento indicado por el supuesto captor– no hubo ninguna comunicación. Luego de esperar varias horas, Apanowicz ordenó desplegar otro procedimiento orientado, ahora, a la búsqueda del paradero de la víctima. “Se comenzaron a rastrear las llamadas. Los informes de la compañía de celulares dieron como resultado que la última se había hecho en la zona de la Terminal de Ómnibus Mariano Moreno. Se realizaron rastrillajes y se recolectaron todas las imágenes tomadas por las cámaras de seguridad de la zona para determinar si los presuntos secuestradores estaban con Smud en la zona o si lo habían hecho viajar mientras ellos concretaban la operación”, describió Arévalo sobre el desarrollo de la pesquisa. Y agregó que ese martes el celular de Smud ya estaba desactivado y fuera de servicio.
A su vez, fuentes relacionadas al caso explicaron que se empezaron a analizar todas las líneas que habían tenido contacto con la de Smud. Los pesquisas se concentraron en la última llamada saliente del número de la víctima, que fue a las 17.30 de ese lunes. “Descubrimos que era una línea prepaga. Que casi no tenía movimientos y que había sido activada recientemente, lo que nos hizo sospechar que el objetivo de esa línea no era para usarla como un usuario común”, prosiguió Arévalo.
Tras realizar un rastreo por las antenas, los investigadores descubrieron que el área geográfica de esa línea prepaga estaba activada en la zona centro. El celular seguía en actividad y en el registro de llamadas posterior a la hecha con Smud sólo figuraba una comunicación. Los uniformados se pusieron en contacto de manera personal con el titular de ese número. “El hombre explicó que era taxista, que el portador del prepago buscado era un hombre que había trabajado como relevo el día domingo 13 de este mes, y aportó los datos que conocía”, describieron las fuentes.
Detención y hallazgo
Una vez que el equipo a cargo del fiscal de la Unidad de Investigación y Juicio analizó toda la información recolectada, el viernes pasado se realizó un allanamiento en un departamento ubicado en la planta baja de uno de los edificios de Salta y Alvear. En el lugar, los pesquisas se encontraron con un hombre de 54 años que vivía solo en su vivienda de un dormitorio. Lo que los investigadores pudieron reconstruir es que esta persona era desocupada y que tenía graves problemas económicos.
El hombre negó en todo momento conocer al comerciante, pero comenzó a contestar con evasivas y caer en contradicciones. Estas inconsistencias, sumadas a que los pesquisas descubrieron que el habitante del departamento había entablado una amistad con Smud desde hacía un tiempo, hicieron que el fiscal dispusiera su detención y la incautación de su automóvil para peritarlo.
Las medidas continuaron y en la mañana de ayer una brigada de uniformados de Seguridad Personal se presentó en la subcomisaría en donde estaba alojado el sospechoso para trasladarlo a los Tribunales provinciales, donde se iba a realizar la audiencia imputativa. Cuando los uniformados llegaron a la seccional, el hombre se había autolesionado clavándose un hierro en su cuerpo. El detenido les confesó entonces a los policías que se quería matar porque había asesinado a Smud. “Fue un relato muy escueto y dio pistas de adónde podía estar el cuerpo del comerciante”, describieron los voceros para agregar que las lesiones autoinfligidas por el apresado son leves.
Fue en ese marco que ayer, después del mediodía, personal de Seguridad Personal recorrió la autopista Rosario-Santa Fe a la altura del kilómetro 7, que fue señalada por el sospechoso, y encontró varias bolsas de residuos en las cuales los peritos confirmaron que se hallaban los restos desmembrados del comerciante.
Según las fuentes, se presume que el hombre fue asesinado el mismo día que desapareció. Los pesquisas manejan la hipótesis de que el asesino mantuvo el cadáver durante tres días en la vivienda allanada porque –presumen– no sabía qué hacer con el cuerpo. Y que luego, desmembró el cadáver, lo puso en bolsas de residuos y lo trasladó hasta el costado de la autovía adonde lo hallaron ayer los investigadores.
