La reunión en la Comisión de Peticiones, Poderes y Reglamento amenazaba con el aburrimiento. Ya de por sí el nombre de ese cuerpo no alcanza a despertar fervor, aunque sea allí donde se disputan algunas de las maldades políticas más deliciosas, en general, sobre el permiso de entrada o la salida del Congreso de diputados en problemas. Como ahora, que avanza un proyecto para prohibir, por ejemplo, que los intendentes pidan licencia para ocupar cargos en el Congreso.
Y éste fue el caso: cuando promediaba el hastío en la reunión de comisión de la semana pasada apareció en escena Elisa Carrió. Le recordó a los presentes que en Peticiones, Poderes y Reglamentos estaba pendiente de tratamiento un pedido que ella misma hizo en Diputados en la sesión preparatoria de diciembre pasado para que se establezca la prohibición de ocupar dos cargos electivos al mismo tiempo en distintas jurisdicciones.
Es el caso de los intendentes que pidieron licencia en sus municipios para asumir bancas en Diputados. En ese momento, Carrió no tuvo éxito y el kirchnerismo pasó el tema a comisión y lo dejó durmiendo. Claro, para entonces no había crisis entre el oficialismo y Martín Insaurralde.
Carrió sabía que ahora era el tiempo para avanzar. «Ya que estamos tranquilos y podemos debatir, quiero plantearles que tenemos que terminar con esta práctica de pedir licencia en un municipio y venir acá a asumir la banca. Es una estafa a la soberanía popular. No podés ejercer dos mandatos populares simultáneamente».
Sentencia
Carlos Kunkel, destinatario directo del mensaje de la chaqueña la siguió con una sonrisa y mientras con la mano hacía la clásica señal de salida sentenció: «Avancemos con el tema».
La crítica de Carrió, apoyada por Kunkel y por Jorge Landau, tenía en la mira a Insaurralde, pero también a los massistas Darío Giustozzi y Sandro Guzmán, otro de licencia como intendente en Escobar.
En cinco minutos, con esa idea, Carrió cristalizó más maldades en contra de las pretensiones del massismo que toda la campaña bonaerense de Unen. Landau también acercó entusiasmado: «Esto quiebra la teoría de la representación».
Mientras, Carrió insistía en que «acá tenemos que resolver esta cuestión», todos acordaron en facultar al presidente de Peticiones…, el kirchnerista tucumano Alfredo Dato, para que redacte un texto –ya hay acuerdo de todos los bloques– estableciendo límites para ocupar cargos por representación popular en dos poderes al mismo tiempo.
Landau comenzó de inmediato a cuidar el terreno del gobierno: «Hay que tener en cuenta que pasó mucho tiempo desde que esos diputados se incorporaron. Pasaron a integrar la voluntad colectiva del cuerpo. No se puede volver atrás con las decisiones que se tomaron en las votaciones que ellos participaron. Esto tiene que ser sobre el futuro de su participación en la Cámara».
Renuncia
Carrió aceptó y aportó: «Podríamos encontrar una solución que modifique el reglamento, una regla interpretativa, que le ponga límite y prohíba». Sobre la mesa, sin que nadie lo nombrara, estaba primero el caso de Insaurralde, con licencia como intendente de Lomas de Zamora. Distinto fue el caso de Sergio Massa, que decidió renunciar a la intendencia de Tigre, pero no el de Giustozzi en Almirante Brown que siguió a Insaurralde ni Guzmán que eligió el mismo camino. Carrió aportó casos en Córdoba y Chaco: todos pidieron licencia a sus concejos deliberantes y entraron a Diputados.
El planteo de Carrió llegó en el momento justo, cuando al kirchnerismo no le importan las candidaturas testimoniales (el caso de estos intendentes es una versión agiornada de ese invento de Néstor Kirchner).
En realidad, la Constitución no aporta precisiones sobre la imposibilidad de ocupar dos cargos electivos al mismo tiempo, pero hay doctrina unánime en que es obvio que una persona que integra un poder no puede incursionar en otro.
«No puede transitoriamente meterse en otro poder, aunque no haya una norma concreta en la Constitución que así lo prohíba», dice Landau. El peronismo toma como primer antecedente de una licencia para cubrir la duplicidad de cargos a la que pidió Juan Carlos Pugliese en Diputados para ir a ocupar el Ministerio de Economía con Raúl Alfonsín.
También el caso de los miembros del Poder Judicial que fueron al Ejecutivo, como el del fiscal Norberto Quantín para trabajar con Gustavo Béliz. José María Campagnoli hizo en su momento un camino similar.