El resultado manda. Y lo que fue bueno y elogiado en el triunfo en cancha de Boca, esta vez pareció un planteo demasiado conservador, sin sorpresas. Newell’s igualó 1-1 con Gimnasia en un partido donde careció de brillo y no supo resolver el dilema de un rival que se cerró bien atrás. Así, el pragmatismo de la Lepra versión Raggio que dio sus frutos hace una semana, esta vez fue poco para un partido que requería más coraje.
Newell’s se encontró con un Lobo que se refugió en el fondo en los primeros minutos y por eso tuvo que tener paciencia para encontrar espacios en ataque. A los 7 minutos Scocco fabricó una falta cerca del área y el propio Nacho se hizo cargo del tiro libre, que encontró una buena atajada de Monetti.
Por eso la Lepra tuvo que apelar a una pelota parada para generar peligro. En una jugada ensayada Tevez sacó un centro cerrado y Nacho peinó el balón, que se fue muy cerca del palo izquierdo.
La lesión de Villalba a los 38 anticipó una variante que Raggio iba a tener que realizar en la segunda parte. El DT mandó a la cancha a Víctor Figueroa, quien enseguida le dio más dinámica al medio.
Y en el inicio del complemento Newell’s encontró soluciones rápidas a un problema que podía ser difícil de resolver. El pibe Tevez sacó un buen centro desde la derecha y Figueroa apareció en soledad y cabeceó al gol, pero la pelota dio caprichosamente en el palo para derivar en los pies de Maxi Rodríguez y la Fiera no falló.
¿Desahogo? Decididamente no. Ustari mostró dudas en dos jugadas que parecían inofensivas y la Lepra entró en pánico. Y casi sin que el equipo se pudiera acomodar de este sofocón, tras un córner, Barsottini metió un potente cabezazo y selló el 1 a 1.
De ahí en más faltaron ideas y fue poco lo que Newell’s pudo hacer. Y el partido terminó lleno de nervios y escaso en situaciones de gol.