Las autoridades ucranianas afirmaron ayer haber destruido parte de una columna de blindados rusos que entraron en su territorio, anuncio que provocó un recrudecimiento de la tensión entre Kiev y Moscú, que negó estas acusaciones, al tiempo que denunció “los intentos (del lado ucraniano) de hacer fracasar” la entrada de un convoy de ayuda humanitaria en el este de Ucrania. El secretario general de la alianza militar occidental de la Otán, Anders Fogh Rasmussen, estimó que esta acción demostraría “claramente la implicación de Rusia en la desestabilización de Ucrania”.
Moscú indicó que “ningún convoy militar ruso cruzó la frontera” y replicó: “La intensificación brutal de las operaciones militares ucranianas en esa región tiene como objetivo, según todo parece indicar, cortar el itinerario convenido con Kiev para el paso del convoy humanitario ruso”, aseguró la Cancillería rusa.
Los 300 camiones rusos, que transportan 1.800 toneladas de ayuda humanitaria según Moscú, continuaban estacionados ayer a unos 30 kilómetros del puesto fronterizo de Donetsk (homónimo de la provincia rebelde en el este de Ucrania), según comprobó la agencia de noticias AFP.
Pero las autoridades de Kiev volvieron a lanzar acusaciones contra Moscú, al evocar una supuesta incursión de blindados rusos. El presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, afirmó que “una gran parte de ese material” había sido “destruido en la noche (del jueves pasado) por la artillería ucraniana”, durante una conversación telefónica con el premier británico, David Cameron.
“Una acción apropiada ha sido llevada a cabo contra esta columna y una parte de ella ya no existe, fue destruida”, dijo el portavoz militar de Kiev Andri Lysenko.
La tensión se recrudeció después de que periodistas británicos hicieran rodar la versión de que 23 vehículos blindados de transporte de tropas rusas, apoyados por vehículos logísticos, atravesaron la frontera el jueves pasado por la noche cerca del puesto fronterizo de Donetsk, por donde debe pasar el convoy humanitario ruso destinado a las víctimas de los cuatro meses de conflicto en el este de Ucrania.
Para intentar apaciguar la situación, el jefe de la diplomacia ucraniana, Pavlo Klimkin, anunció que se reunirá con sus homólogos ruso, francés y alemán mañana en Berlín. “Poco importa que sea una mesa redonda o cuadrada, es necesario que hablemos”, escribió Klimkin en Twitter.
La Cancillería británica convocó al embajador ruso en Londres para “aclarar las noticias de una incursión militar en Ucrania”, mientras que París instó a Rusia a “respetar la integridad territorial de Ucrania”.
Aunque la Otán y Kiev confirmaron la incursión de blindados rusos, el jefe de la misión de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) en la región, Paul Picard, aseguró que los observadores de la organizaciones no vieron “ningún camión o vehículo blindado atravesar la frontera”, en concreto, en sus “dos puntos de observación: los puestos de control de Gukovo y Donetsk”.