El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, reiteró hoy la voluntad de pago de sus obligaciones del Estado argentino respecto a los acreedores de deuda soberana y, en este sentido, ratificó la intención del gobierno de que el Banco de Nueva York deje de ser el agente fiduciario para esos pagos, y lo reemplace Nación fideicomiso.
«Existen dos cuestiones medulares. El agente fiduciario era el Banco de New York, y este banco ha incumplido su contrato fiduciario, por eso se sustituye por Nación fideicomiso. Por otro lado, se establece un cambio en el lugar de pago. Es la forma en que el deudor cumple su obligación», dijo Capitanich en su habitual conferencia de prensa matutina en Casa de Gobierno.
Agregó que, con todo esto, Argentina demuestra su «voluntad de pago, independientemente de las decisiones infundadas e irracionales del juez (Thomas) Griesa».
De esta forma dejó entrever que el pago que debe hacerse en septiembre a los bonistas que sí entraron al canje se haría en la Argentina.
Por otro lado, el jefe de Gabinete negó cualquier vinculación entre la nueva ley de Abastecimiento que impulsa el gobierno nacional con la vigente en Venezuela, y afirmó que la supuesta relación entre las dos normativas tiene que ver con «slogans» difundidos por sectores con «punto de vista neoliberal».
En su habitual conferencia de prensa matutina en casa de Gobierno, Capitanich recordó que la actual ley de Abastecimiento fue sancionada en 1974 cuando «(Hugo) Chávez no era el líder político que fue», y tuvo ratificación por un decreto del ex presidente Carlos Menem.
Además, explicó que la nueva ley de Abastecimiento «lo que hace es la atenuación de las penalidades», donde el infractor no irá a la cárcel «pero tiene importantes penalidades en multas».
En ese sentido, recordó que la Unión Europea aplicó multas por 2.600 millones de dólares, y aseguró que «los antecedentes a nivel mundial son múltiples».
Por lo expuesto, Capitanich aseveró que «todo lo que se pretende asociar entre una ley y otra (la argentina y venezolana) es falso y de falsedad absoluta».
Por otra parte, consultado sobre la comercialización de carnes, consideró que «es necesario trabajar en el volumen de producción», por cuanto «hay faena de animales de bajo kilo (menos de 250 kilos)».
Por lo expuesto, destacó la importancia de incrementar la estructura de forraje y generar los incentivos de aumento de kilos, y recordó que el 93 por ciento de la producción de carnes va al consumo interno.
No obstante, aseguró que «estamos en el mejor precio doméstico de la hacienda», y que entre el 2003 y 2007 hubo un incremento en el stock ganando bovino que llegó a 58 millones de cabezas.
Asimismo, Capitanich aseguró que el gobierno nacional no va a permitir que «los vivos de siempre se apropien de los excedentes de la cadena de valor» y perjudiquen el bolsillo de los consumidores.
«No vamos a permitir que los vivos de siempre se apropien del excedente de la cadena de valor. Para eso existe la capacidad regulatoria del Estado», dijo el jefe de ministros en su habitual conferencia de prensa matutina en Casa de Gobierno.
Capitanich ratificó la presencia del Estado a través de reuniones regulares de «monitoreo» en la Secretaría de Comercio, y «un mecanismo para observar el abastecimiento del mercado interno y la demanda externa».
«Es voluntad del Gobierno incrementar el volumen de producción que nos permita satisfacer la mesa de los argentinos y también el mercado externo», dijo Capitanich, al tiempo que asumió que la capacidad productiva de Argentina tiene un gran potencial y «debería alimentar a más seres humanos».
El funcionario identificó a quienes se quedan con el excedente de la cadena de valor al señalar que «el aumento de precios» se debe a la acción de «una cadena de especuladores, intermediarios y supermercados que remarcan» perjudicando al consumidor, pero también al productor.
«Por eso existe la capacidad regulatoria del Estado, para evitar que se llenen los bolsillos los mismos de siempre. Para eso es necesario que intervenga el Estado, porque el Estado tiende al bien común», advirtió el jefe de Gabinete.
Según consignó, detrás del Estado hay un gobierno «que es elegido por voluntad popular y que es vocero del pueblo», en cambio detrás de los especuladores «están los grupos económicos».