Fue una entradera frustrada que pudo terminar en tragedia. Ayer, apenas asomaba la tarde en barrio Echesortu, el nieto de una jubilada de 80 años que salía de visitar a su abuela, junto a su madre de 53, fue abordado por dos hombres armados que quisieron ingresar al domicilio. Al verse acorralado, el muchacho se trenzó en lucha con uno de ellos y logró, no sólo sacarles la pistola y propinarle varios golpes de puño en la cara, sino también ponerlos en fuga a los tiros.
Ambos cómplices huyeron en el mismo vehículo del que habían descendido, desde el que intercambiaron disparos. El resultado fue grave pero podría haber sido peor. Porque uno de los plomos impactó en la ingle de la mamá del joven, quien al cierre de esta edición se recuperaba de una intervención quirúrgica y estaba fuera de peligro.
Momentos después del atraco, el auto en el que escaparon los asaltantes fue hallado en la vía pública con siete impactos de bala y algunas manchas de sangre.
El tiroteo ocurrió alrededor de las 15 en la puerta de una casa de Marcos Paz al 3700, a unos 700 metros de la seccional 6a, cuando Federico F., de 28 años y acompañado por su madre Marisa S., de 53, salía de visitar a su abuela Natalia, una jubilada de 80 años.
Según fuentes policiales, en esos momentos la familia fue abordada en la vereda por dos hombres de unos 30 años que descendieron de un Chevrolet Agile color verde y a punta de pistola intentaron ingresar al domicilio. Según el relato de los voceros, Federico se resistió al robo y se trenzó en lucha con uno de los dos hombres armados, a quien logró quitarle la pistola calibre 11.25, que quedó secuestrada. Luego de propinarle varios golpes de puño en el rostro, el muchacho utilizó el arma del ladrón para abrir fuego y poner en fuga a la dupla, dijo un pesquisa.
Fue entonces que ambos asaltantes corrieron hacia el auto, pero cubrieron su huida a toda velocidad con disparos. La desgracia podría haber sido peor por el calibre de las armas y la escasa distancia: una bala impactó en la ingle de Marisa, quien en la tarde de ayer fue intervenida en un quirófano y se encontraba fuera de peligro. La Policía presume que uno de los fugitivos también habría sido alcanzado por un plomo, ya que en el auto que minutos después del incidente encontraron abandonado a unas cuatro cuadras del lugar había manchas de sangre.
También se comprobó que el Chevrolet Agile color verde tenía una patente que no pertenecía al rodado sino a otro vehículo similar, por lo que se presume que se trataría de una “chapa robada”, dijo un vocero.
El auto, hallado en Pasaje Zavalla al 3800, presentaba siete impactos de bala y según las primeras apreciaciones, tres de ellos fueron por disparos desde el interior del vehículo, mientras que los otros cuatro, producto de fuego desde el exterior.
Al cierre de esta edición, la Policía recorría las guardias de hospitales públicos para detectar ingreso de heridos de bala, ya que los rastros de sangre dentro del auto daban cuenta de que uno de los ladrones habría resultado herido.
Se presume que la segunda arma utilizada fue una 9 milímetros, ya que había ojivas de ese calibre en el lugar de los disparos, como también de 11.25. El hecho es investigado por el fiscal de Flagrancia en turno.