No le sobró nada. Más bien le faltaron argumentos. Newell’s dependió de un penal sobre el final del partido para vencer 1-0 a Olimpo, que ejecutó su plan casi a la perfección y obligó a la Lepra a enredarse en sus propias limitaciones y tropezarse con muchos inconvenientes ofensivos.
Poco pudo hacer Newell’s ante el cerrojo y la pierna fuerte que propuso Olimpo en la primera parte. A la Lepra no le sobraron ideas y tampoco hubo desequilibrio de sus individualidades. Chocó demasiado e insinuó más de la cuenta. El único remate franco al arco fue un zurdazo débil de Diego Mateo con el que Nereo Champagne se confió y que terminó pasando cerca. Después, algunos centros al área que fueron abortados o desviados a tiempo. Y nada más.
Olimpo entendió que el negocio estaba en entorpecer el juego de Newell’s estando cerca de los posibles receptores y cortando el juego cuando era necesario. La Lepra no se sintió cómoda y no encontró cómo generar espacios.
Figueroa apareció con intermitencia, Bernardi no tuvo ese segundo de más necesario para pensar con claridad, Maxi Rodríguez y Scocco nunca se impusieron en sus duelos individuales, Tonso no desequilibró en el uno contra uno y los laterales no colaboraron demasiado en ofensiva.
Ni siquiera las pocas chances que generaba eran redituables: Champagne le tapó una a Scocco, Leandro Fernández metió un cabezazo que pasó cerca y Milton Casco tuvo otra que se fue al lado del palo.
El partido se complicaba demasiado, Newell’s se equivocaba y Olimpo estaba a la expectativa de poder meter una contra y quedar mano a mano con Ustari.
Por eso el empujón de Villanueva a Scocco dentro del área fue la solución que Newell’s no tuvo durante el partido para ganarle a Olimpo. Nacho metió un derechazo potente que le dio a la Lepra el triunfo para acercarse River y mantener el invicto. Fue de penal, quizás la única manera en la que pudo hacerlo anoche.