Podría ser la noticia de un gran robo: una noche lluviosa de domingo, un supermercado mayorista casi en el medio del campo, cinco o seis ladrones contra dos guardias de seguridad, una caja fuerte con muchos miles de pesos, electrodomésticos en una carretilla y hasta disfraces. Pero, a veces, ni las mejores circunstancias garantizan el éxito y no queda otra que huir con las manos vacías o peor, dejando incluso pertenencias propias en el lugar. Esto le pasó al grupo que intentó robar el hipermercado Makro y tuvo que darse a la fuga ante la llegada imprevista de un camión de transporte de valores acompañado por la Policía.
El intento de robo ocurrió en las primeras horas del lunes, cuando un grupo de entre cinco y seis hombres encapuchados llegó a las instalaciones del hipermercado Makro, ubicado en avenida Circunvalación y autopista a Santa Fe, y redujo a los dos guardias de seguridad que se encontraban en turno. Para entrar al comercio, los asaltantes abrieron un boquete en una de las paredes e intentaron acceder a la caja de seguridad.
Además, habían cargado 15 televisores LCD de 32 pulgadas en una carreta, listos para llevarlos.
Sin embargo, ni el dinero ni los electrodomésticos salieron del hipermercado ya que, cerca de las tres, llegó al lugar un camión de la empresa Prosegur que, acompañado por un móvil policial, iba a retirar la recaudación del fin de semana. Alertados por su presencia, los presuntos ladrones se dieron a la fuga, dejando hasta las herramientas que habían llevado para concretar el robo.
Según voceros policiales, al llegar al supermercado en los primeros minutos de ayer los intrusos abordaron primero a un personal de seguridad que recorría las instalaciones externas, amenazándolo con armas de fuego. Lo encerraron en la oficina de guardia, que está fuera del edificio del hipermercado, lo desvistieron y uno de los sujetos se puso la ropa para hacerse pasar por él. Minutos después, redujeron al segundo empleado, encerrándolo en otra dependencia del lugar que no cuenta con acceso al interior del comercio, aunque conecta con una enfermería.
Una vez allí, los intrusos abrieron un boquete de 70 por 70 centímetros en una pared para acceder al sector de oficinas del supermercado. Para esta labor, fuentes policiales consideraron que se habrían utilizado como herramientas una masa de unos seis kilos y una amoladora de tipo industrial.
Ya dentro del Makro, los hombres desactivaron el sistema de alarmas, cargaron una carreta con 15 televisores LCD de 32 pulgadas que dejaron cerca de una de las puertas y, por espacio de dos horas, intentaron abrir la oficina donde se encuentra la caja de seguridad. Los voceros explicaron que, una vez adentro, es imposible que alguien desde afuera pudiera ver lo que estaban haciendo.
Sin embargo, los asaltantes no contaron con que tendrían visitas durante la madrugada: cerca de las tres, llegó al lugar en búsqueda de la recaudación del fin de semana un camión de la empresa Prosegur, acompañado por un móvil policial. Es que, por motivos de seguridad, este tipo de operaciones no suelen hacerse siempre en los mismos días y horarios, indicó un pesquisa.
Cuando los policías y los operarios de Prosegur llegaron a la zona notaron que estaba todo oscuro. Igualmente, tocaron la sirena esperando que alguno de los guardias saliera a abrir, como era costumbre. Los voceros policiales estiman que fue en ese momento que los asaltantes huyeron por la parte de atrás del Makro tras escuchar la alarma policial, y dejando tras de sí no sólo el botín de televisores sino también todas las herramientas utilizadas para procurar el botín. Si bien se desconoce cómo llegaron al hipermercado, se supone que los hombres contaron al menos con un vehículo para escapar.
Mientras tanto, al no obtener respuesta a los reiterados toques de sirena, los policías dieron aviso al Comando Radioeléctrico, que se hizo presente en el hipermercado y liberó a los dos guardias maniatados, que no habían sufrido lesiones.
Según indicaron fuentes policiales, la cadena de hipermercados Makro trabaja con una empresa de vigilancia privada de Paraná. Por motivos de seguridad, y para evitar que se filtre información sobre el negocio a nivel local, todos sus empleados son de la ciudad entrerriana.