Un especialista en escruches quedó detenido anteayer por la madrugada en un control vehicular de Santiago y avenida del Rosario cuando transitaba en un Renault Fluence con otras tres hombres de grueso prontuario por contar con un pedido de captura por robo ocurrido el año pasado en la capital provincial. Perra, como lo se lo conoce al apresado de 33 años, supo integrar las filas de la banda de Los Gordos, vinculados con la barra de Newell’s y el narcotráfico. También está señalado como el heredero del negocio relacionado con la venta de estupefacientes en un sector de barrio Tablada, luego de que los hermanos Alcaraz y los Benavente se aniquilaran en la disputa por el territorio. Del trío que acompañaba a La Perra, dos son hermanos y uno de ellos tiene antecedentes por delitos contra la propiedad. Además, estaba Oscar Rubén T., de 33 años, quien se hizo conocido a los 20 años cuando fue el responsable de la incorporación de los detectores de metales en los Tribunales provinciales luego de disparar en sus pasillos.
Ricardo Daniel C. tiene 33 años y le dicen Perra. En los primeros minutos de la madrugada de anteayer llamó la atención de dos policías de la seccional 21ª que patrullaban la zona sudoeste porque daba vueltas en su Renault Fluence por Santiago y avenida del Rosario. Los pesquisas indicaron que como el conductor iba con tres acompañantes y pasaba en actitud sospechosa decidieron realizar un control vehicular.
Perra estacionó y mostró que tenía los papeles del auto, pero a los uniformados no les convenció que la maza y el cortafierros que llevaba pertenecieran a los trabajos que dijo hacer en el puerto, así que se llevaron al cuarteto a la comisaría 21ª, con jurisdicción en la zona.
En sede policial, a Perra le saltó un pedido de captura ordenado por el juez de Sentencia 3ª de la ciudad de Santa Fe. El delito que se le imputa es una tentativa de robo que ocurrió el 5 de septiembre del año pasado y quedó detenido. El lunes a las 9, los policías de la seccional 21ª tienen que presentar a Perra en los Tribunales de Santa Fe, donde va a ser notificado de la sentencia, indicaron los investigadores.
El antecedente por tentativa de robo en la capital provincial no es el único que posee el hombre de 33 años: en el 2008 lo agarraron cuando intentaba entrar por una ventana a una casa de Saavedra al 2200. Al año siguiente, su cara quedó en la cámara de seguridad de una inmobiliaria cuando aprovechó que estaba cerrada para entrar a robar en la zona de la Terminal de Ómnibus. Unos meses más tarde cayó con otros dos cómplices en el entonces flamante edificio de Dorrego 90, a 50 metros de la comisaría 3ª, cuando se llevaban el botín tras desvalijar tres departamentos. Sus cómplices eran nada menos que René Ungaro (condenado luego por el crimen del barra leproso Roberto “Pimpi” Camino) y Jonatan Creciente (procesado más tarde por balear al también barra de ese club Matías Pera).
La Perra siempre estuvo relacionado con barras de Rosario Central y de Central Córdoba y supo formar filas con la banda enfrentada con Pimpi Camino en el barrio Municipal. Un ejemplo de esta rivalidad fue cuando el 19 de mayo de 2008 recibió un tiro en la rodilla y un amigo que estaba con él fue baleado en la mano por Chamí, Jonathan Camino, hijo mayor del ex líder de la barra leprosa.
Otro hampón de zona sur
En la madrugada del pasado viernes, en el Fluence del prófugo de la Justicia santafesina también iba Oscar Rubén T., de la misma edad que Perra. El hombre de 33 años se hizo conocido por el 2000 cuando entró a los tiros con su hermano mayor Alberto –barrabrava de Central Córdoba apodado Chaqueño– en los Tribunales provinciales para vengar el crimen de otro hermano, apodado Sapo, en barrio Tablada. Tras este hecho se instalaron detectores de metales en el edificio.
En 2007, Oscar y Alberto volvieron a protagonizar un enfrentamiento armado en la puerta del Casino de Victoria con otros cuatro barras de Central, integrantes de la facción que siete años antes había consumado el homicidio del Sapo.
A su vez, Oscar recibió falta de mérito en la causa que lo sindicó como uno de los autores del homicidio de Gustavo Benavente, ocurrido el 28 de septiembre de 2011, cuando cayó muerto de un tiro en el pecho frente al Destacamento 24 de Grandoli al 3900, en la zona sur.
Los otros dos acompañantes de Perra en el Fluence eran los hermanos Joel R., de 18, y Elvio R., de 21 años, este último con antecedentes por una tentativa de robo a una pollería de Juan Manuel de Rosas y Deán Funes y también por ser uno de los motociclistas que encañonaron a dos jóvenes para robarles sus pertenencias en avenida Francia al 4200, en 2011.
